Hay quien en RL se dedica a darle vueltas a la posibilidad de existencia de una sociedad libre. La verdad es que ya resulta un poco pesado el tema sobre todo cuando se supone que deberíamos estar aquí más para unir que para desunir pero claro, cada uno tiene sus propias neuras y las da rienda suelta donde pilla, por ejemplo recientemente aquí.
La única posibilidad realmente factible de surgimiento de un estado al uso partiendo de una sociedad libre sería la que sigue y que expondré en forma de línea temporal según los acontecientos se deberán ir produciendo.
1. Una agencia de protección gracias a su buen servicio a los ciudadanos crece mucho. Hablaríamos de estar por encima del 60% del mercado de un territorio dado, lo cual puede suceder, sí, pero en un régimen de libre competencia parece poco probable que surja una agencia con tan alto poder de mercado. En el 3 veremos porqué el tamaño importa.
2. El consejo de administración, o bien es sustituido por otro o el que había cambia de opinión. Ahora se han convertido en una suerte de aspirantes a estatistas abandonando su exitosa actividad empresarial. Actividad que les había producido pingues beneficios pero que ahora parecen no interesarle por alguna extraña mutación en los deseos presonales del empresario.
3. Una vez valorada su intención respecto de la capacidad militar de su agencia en relación a las demás decide iniciar una guerra de agresión contra sus asegurados y los del resto de agencias del territorio que quiera dominar.
4. El resto de agencias ante la gran superioridad de la agresora se acongojan todas juntas y deciden retirarse aún a riesgo de que en el futuro ya nadie les contratará y por lo tanto se les plantea un negro porvenir empresarial, y de todo tipo puesto que a partir de su huída serán vistos como unos cobardes a quien convertir en apestados sociales (la sociedad libre tiene una gran instrumento de presión para hacer cumplir los contratos a los morosos mediante el desdén de los conciudadanos).
5. Los ciudadanos agredidos (clientes o no de la agencia agresora) no se marchan del territorio aún pudiéndolo hacer con relativa facilidad puesto que en una sociedad libre no hay fronteras.
6. Los ciudadanos que se quedan toman una actitud pasiva. Esto implica que o bien no tienen armas (fáciles de conseguir en una sociedad libre) o si las tienen por alguna extraña razón no las usan contra los agresores. Recordemos que fue Hitler quien suprimió el derecho a portar armas, no fuera a ser que a la sociedad sometida le diera por levantarse contra el régimen.
7. Las agencias que operaran en otros territorios “se harían las suecas” y no harían nada. Significa esto que verán que esa agencia agresora es pacífica frente a ellas, lo cual es extraño cuando a un loco le ha dado por iniciar una guerra abierta y empresarialmente parece, como poco, arriesgado no hacer nada frente a un potencial agresor. Y por otro lado no aprovecharán la oportunidad de negocio consistente en acudir de rescatadoras de esos ciudadanos si ganasen la guerra sobre todo ahora que las agencias se han ido vergonzosamente del territorio y la que queda es la agresora. Ah, tampoco se puede descartar que los clientes de esas otras agencias sientan deseos de solidaridad con los vecinos agredidos y pidan a sus agencias que con un suplemento voluntario se ayude a aquéllos.
8. Esta cadena de acontecimientos se ha de producir no sólo una vez sino para toda la vida, lo cual es cuanto menos extraño. Si uno sólo (o varios, o incluso todos) de estos puntos no se viera cumplido en algún momento la situación podría revertirse. Además, es posible que si uno de los puntos se incumple produzca un efecto “bola de nieve” y arrastre a más de ellos, por ejemplo, si los ciudadanos agredidos se revelan, entonces puede que los vecinos tengan más ganas de luchar junto a ellos a través de sus agencias. Se podrían hacer multitud de combinaciones, que cada cual haga política ficción según lo que cada uno crea que pudiera pasar y en qué orden. Mi opinión es que empiece por donde empiece el incumplimiento de los puntos acabará arrastrando a casi todos.
Y en el peor de los casos (que todos y cada uno de los puntos se cumplan ininterrumpidamente) a lo que llegaríamos sería a lo que tenemos ahora. Entonces pregunto: ¿no vale la pena intentarlo ahora que hemos practicado el estatismo de mil y una formas y sabemos lo que significa? Yo creo que sí. No sólo es un modelo de Libertad sino que la lucha por conseguirlo y, lo que es más importante, mantenerlo frente a tiranos de todo pelaje es ilusionante y supone un objetivo vital tan elevado que sólo intentarlo ya supone una recompensa personal incomparable.
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