jueves, julio 19, 2007

Qué hacemos con la tele pública

Cerrarla, sin más. Repito por si acaso, cerrarla. Otra vez, la tele pública hay que cerrarla. Creo que ya ha quedado claro. Los motivos deberían sobrar pero desafortunadamente no podemos pasarlos por alto. Aunque pueda parecer increíble todavía hay quien cree que la televisión pública tiene alguna función. Bueno, función tiene pero en ningún modo tolerable.

El estado utiliza la educación para adoctrinar a las masas cuando aún son carne fresca y al crecer echa mano de la propaganda que la televisión pública escupe para continuar la mentira. Así es como consigue el estado mantener a la población en un estado de servidumbre total. Afortunadamente las cosas no son tan trágicas en las sociedades occidentales. Ya pasó la época del vergonzante lavado de cabeza en la mayoría de países y la tele pública queda como un vestigio de lo que fue su sentido original. Ya no recurren los políticos a sucios tejemanejes para controlar la televisión, ahora lo hacen de forma natural, no ya tanto en contenidos sino en cuanto a financiación, que para el caso es igual de despreciable.

UTECA es la asociación de televisiones privadas y según nos han hecho saber no están muy de acuerdo con la forma en que el ente público de televisión se financia. Dicen que lo que hace Televisión Española es competencia desleal porque si bien pugna como las demás televisiones por atraer a los anunciantes, además se nutre de fondos públicos en caso de que sea necesario y hasta donde sea necesario. En otras palabras, los empresarios de la televisión se quejan con razón de una práctica que de verdad es competencia desleal sólo que no se dan cuenta que no sólo ellos sino todos los empresarios que actúen en un campo donde también esté el sector público tienen los mismos motivos para quejarse. La diferencia es que unos han tenido las narices de decirlo abiertamente y los otros no.

Para explicar estas cosas me gusta emplear el ejemplo de la librería. Piensen en una modesta librería de su barrio. En principio da un buen servicio, los clientes están satisfechos y se diría que está realmente realizando un buen servicio público (este y no otro es el auténtico sentido de servicio público). De repente algún iluminado político decide que el estado ha de garantizar la cultura a todos los ciudadanos (aún cuando la provisión privada de libros hace que no exista escasez sino todo lo contrario en este sector) y para conseguirlo decide montar una librería pública al lado de la de toda la vida. Lógicamente la gente del barrio empieza a ir a la librería pública porque aunque el servicio es claramente peor da gratis los libros y contra eso es muy difícil competir. Ante ello el librero del barrio tiene dos opciones: bien especializarse (como hace la educación y la sanidad en sectores de nivel de renta alto), bien cerrar. Al final el estado ha creado un problema donde no lo había. La gente estaba bien abastecida de libros pero aún así decidió intervenir. Con la tele pasa algo parecido, es más que evidente que Televisión Española no puede ofrecer nada que no lo hagan con mejor calidad, cantidad y condiciones la teles privadas, pero por arte del estatismo la tele pública sigue abierta.

Ahora la estrategia del estatismo televisivo pasa por una treta viejísima pero que sigue teniendo mucho éxito. Se trata de intentar colarnos una redefinición conceptual muy del estilo izquierdista. Ahora servicio público no es aquel acto por el cual uno ofrece algo que el público aprecia y por el que está dispuesto a pagar, no, cuando se habla de un servicio estatal lo importante no es si la gente lo quiere sino si el burócrata encargado del servicio lo estima lo suficientemente de su agrado. Por ejemplo, nadie ve La 2, la segunda cadena estatal, pero a nadie se le ocurre criticar su existencia porque ofrece documentales y programas supuestamente cultos. Es curioso, a nadie le interesa un pimiento el apareamiento de la nutria pero todo el mundo cree que eso es un servicio público. Cuesta un ojo de la cara pero es lo bastante progre-cultural como para mantener abierto el canal.

Si volvemos al ejemplo de la librería sería algo así como si la gente quisiera leer novelas de amor de poca monta pero la librería pública insistiese en vender libros de antropología africana simplemente porque aquello suena mejor. Se equivocan de todo punto quienes creen que un buen servicio público consiste en ofrecer productos y servicios que a nadie le interesan pero tienen buen cartel entre los intelectuales, por ejemplo. Un servicio público de calidad se distingue por ofrecer lo que los consumidores quieren a cada momento al menor precio posible. Vamos, justo lo contrario de lo que hace la televisión estatal.
Para finalizar volvamos al asunto de la financiación. UTECA alegaba que lo justo sería que la televisión pública no compitiese por los anunciantes. Ya dije antes que estaba de acuerdo con su reivindicación pero no en esta parte. En la medida de lo posible prefiero, en calidad de pagador de impuestos, no afrontar la costosísima Televisión Española. Es ya lo suficientemente grave que el billón de pesetas (me perdonarán pero con estas cantidades me pierdo en euros) de deuda que arrastra el ente público como para permitirnos que siga engordando. Es más, yo soy de los pocos que defiendo que se pague 80.000 euros a la nieta de Franco por asistir a un programa porque a buen seguro esta mujer factura mucho más. Aunque sabemos que es imposible, en la medida de lo posible y por el bien de nuestros bolsillos es deseable que las empresas públicas intenten acercarse a los parámetros de eficiencia empresarial y abandonen la táctica de los documentales de gacelas que a nadie gustan y a todos nos cuestan.

ADIÓS, ADIÓS

Ya era hora Josecito, ya era hora...
Bendito de Dios vayas...

martes, julio 17, 2007

Yo confieso..


..ante DonCorleone, Alberto y lectores de este blog. Hasta 8, ahí van:

1.- Muchos que me conocen se preguntarán, como lo hace Berti (para mí, Bertipop) por qué mi mail y msn tiene por nombre David, cuando me llamo Adolfo. La razón es tan simple como lejana. Mis padres iban a llamarme David en un principio, pero 1) mi abuelo paterno se llamaba Adolfo y falleció a los pocos días de mi nacimiento, 2) entre mis familias paterna y materna había, y hay, cuatro Davices ya. Esto unido a que nunca me entusiasmó mucho mi nombre hizo que a veces emplearan algunas personas David conmigo.

2.- Esto sí lo saben quienes mejor me conocen. Tengo una desmedida afición por la nutrición y el wellness. Especial es mi aversión por los carbohidratos glucémicos y mantaner a raya la insulina es mi fijación. Soy especialista en encontrar preciada proteína (¡ay esos aminoácidos esenciales!) del mas inusitado antro gastronómico y un gurú de los experimentos en carne propia con el último suplemento recién salido desde Houston (ahora andamos aquí deliberando sobre la capsicina de la guindilla que aumenta el factor P y la planta ayurvédica coleus forskolhi que impulsa el AMP cíclico, espero sobrevivir para contarlo). Para preguntas, dudas y cuestiones al respecto de quienquiera está mil mail abierto :D

3.- Dejé de creer en los Reyes Magos muy prematuramente. Con 6 años creo recordar mi madre tenía que componérselas en la respuesta cuando le decía que los Reyes eran los padres. Pero siempre mi favorito fue Gaspar; nunca entenderé el gusto del club de fans de un hombre gordo, rechoncho, con pelo y barba blancas y mayor la verdad.

4.- Empecé en el liberalismo leyendo las columnas de Carlos Rodríguez Braun en el suplemento dominical de ABC Trabajo con unos 19/20 años. Conjuntamente con la lectura de Jean-François Revel. El libro que posiblemente más me marcó fue 'Etica de la Libertad' de Rothbard, libro que colonicé de la facultad de Políticas de la Complutense, junto con 'Socialismo..' de Huerta. Así que pronto me convertí en un fan fatal de la Escuela Austriaca y los jodidos ancaps.

5.-Mi relación con la religión siempre ha sido de amor y odio. Siendo muy pequeño, debía estar en 2º de EGB con 8 años, asaltaba a mi madre con mis inquietudes por no comprender la Santísima Trinidad, quien me recuerda que me pasaba media tarde queriendo entenderlo (qué rarito era el niño caray). Con 15/16 años me entró la rebeldía (porque el mundo me hizo así) atea, verbigracia el señor Nietzsche y libros como 'El Anticristo', 'Así se filosofa a martillazos' o 'Más allá del bien y del mal', e incluso Feuerbach. Posteriormente fui de la opinión de Kierkegaard de que la fe es algo separado y distinto de la razón y me pasé del furibundismo ateo y anticlerical al espepticismo agnóstico hayekiano (y reconozco el histórico papel moral judeo-cristiano en la promoción de valores individualistas).

6.- Si algunos se enamoran cada 2 segundos o 2 horas, yo no mucho más de cada 2 años. La última vez que lo hice acabé despotricando contra el Universo entero y perdiendo gran parte del peso que bajé (y por suerte, recuperé) el otoño pasado. Sobre los que se enamoran cual si estuvieran en una maratón, y no miro a nadie, creo que confunden encoñarse con enamorarse.

7.- En el deporte me parezco más a Alberto que a DonCorleone. Me gusta el deporte, pero no el catódico sino el que practico. Eso sí, no soporto (remarco: N-O S-O-P-O-R-T-O) el fútbol (y eso que fui tres años socio del Real Madrid, pero mi padre no consiguió hacer carrera de hincha conmigo, vaya por dios). Lo que sí fui, y con entusiasmo, durante años, es socio del extinto Real Madrid de tenis. Steffi Graff con su implacable drive y su revés cortado digno de disputar el de Navratilova marcó en mi un antes y un después (siempre he tenido buen revés de dos manos, pero desde pequeño me empeñé en llevar la contraria a mis profesores y cortar los reveses como Graff). Mi vida no es igual desde que ella se retiró, pero siempre quedarán esas finales de Grand Slam para la historia.

8.- Desde niño me gusta mucho la política. Mi afición por la radio me llevó a acostarme desde los 10 años con los cascos con Luis Herrero en la Linterna por aquel entonces. A los 11 años (generales de 1993) fui a mi primer mitin del PP, pero no porque me llevara mi padre, sino más bien al revés (yo solo no habría podido entrar). Me afilié al PP con 22 años tras trabar amistad con un militante liberal austriaco, pero hace 2 años que no participo en nada relacionado con el PP. Defiendo como liberal el abstencionismo, pero igualmente el voto (el anarcocapitalismo no implica abstención).


Ardua tarea esto de pasar testigos (máxime cuando no sé quién no queda por taggear :S). Wonkapistas y Opticalibre, si no estáis "memeados" ya sabéis.

domingo, julio 15, 2007

Mis ocho secretos confesables

Creo que debo cumplir con mi obligación (aunque no es tal, al fin y al cabo yo no la he pedido). Contaré mis ocho secretillos que por aquí no se saben. Ah, en alguno haré de pecador buscando redención. Perdonadme por ello.

1- A los tres años y medio me di un atracón de Aspirinas. Estaba malo, sí pero tampoco tenía demasiada conciencia. Fue probar ese fantástico sabor y nacer en mí el deseo de más, muy raro en un niño, verdad. Decidí que no me iba quedar sin mis patillitas y con nocturnidad me zampé toda la caja. Ni que decir tiene que acabé en el hospital intubado hasta donde hoy me da miedo. No pasó nada pero estuvo cerca.

2- A los 16 años fui a la sede local del PSOE a… afiliarme. Sí, es cierto, pero es que era una época de dudas ideológicas profundas. Yo me creía de centro y en ese momento opté por el SOE, sin más. Afortunadamente la edad mínima de 18 años me lo impidió. Bueno, eso y la torpeza del secretario que me atendió porque afortunadamente no llegó a tramitar mi alta cuando cumplí la mayoría de edad tal y como me dijo que haría. Ufff.

3- Me encanta el deporte (en esto Corleone y yo nos parecemos cero) y desde siempre lo he practicado. Soy futbolero pero era y soy muy malo así que decidí especializarme en aquello en lo que tenía ventaja comparativa. Me metí al balonmano y no me ha ido mal. Llegué a jugar en Primera Nacional (equivalente a la 2ºB de fútbol) con 19 años pero vi que aquello requería de un esfuerzo y tiempo que yo no disponía. Como experiencia estuvo bien y siempre me quedará la espinita de saber a dónde podría haber llegado. Profesional no lo creo, pero semi sí. Ahora juego más abajo y estoy muy contento.

4- De cani me asustaban mucho, repito, mucho, los fuegos artificiales. Era un auténtico suplicio acudir con mis padres a alguna feria en la que se dispararan los ingenios mandarines. Me escondía, me tapaba los oídos, me moría. Con la edad esto ha cambiado. El año pasado estuve en Fallas a modo de resarcimiento personal y supe que no estaba curado del todo pero falta poco.

5- Aquel que me haya conocido desde 2001 en adelante dirá que en general soy buena gente. Si he conseguido eso es porque entonces cambié. Antes era un poco, bastante, cabrón con según qué personas. Ya queda poco de aquel yo pero de vez en cuando siento que quiere brotar de nuevo. Algún día le cortaré la cabeza definitivamente al yo malo.

6- Tras el último 5-0 del Madrid al Barça traicioné mis colores y me pasé al otro bando. Fue sólo un momento de debilidad que apenas duró 5 minutos. Me disculpa que siendo el único niño de la clase (bueno, había otro, creo) llegar el lunes y ver como todo el mundo te recuerda la manita es una putada. Pero fui fuerte y aguanté el chaparrón con una más que digna estoicidad culé.

7- Corleone y Berti ya han confesado la profusidad de su enamoramiento. Yo últimamente estoy en esas pero en el fondo no es más que una respuesta a la oportunidad perdida. Tirar dos años por no saber ver más allá de quien no te corresponde supone perder a alguien mucho más interesante. Lástima que estúpido de mí me diera tarde cuenta de lo que tenía al alcance de la mano. Lástima que las distancias y sobre todo una cosa llamada erasmus impidan empezar nada. Maldita sea. No sé qué ocurrirá dentro de 15 meses pero no me extrañaría que nada. Si fuera así la culpa sería mía, sólo mía.

8- Para cerrar por donde empezamos. Hace ahora tres veranos probé por primera vez la intelectual esta. No he vuelto a ella pero reconozco que más por falta de dinero y compañía que de ganas, que de estas tengo muchas. A mi modo es una reivindicación de la responsabilidad individual en la ingesta de completos de ocio, como los llamo yo.


Lego esta pesada carga a Rallo y ya que le he aludido, al carnicero feliz.

QUÉ LIBERAL ES MI GOBIERNO REGIONAL

Hoy, en el campus FAES, más principios liberales.
Para empezar, Lasquetty denuncia que el Gobierno sólo pone 2,5 de cada 100 euros para integrar inmigrantes en Madrid. Que vergüenza. Esto le escandaliza a cualquier liberal que se precie: ¡¡¡SÓLO 2,5 de cada 100!!! Qué alta d respeto, que atropello a la razón, que dice el tango.
Pero bueno, como a los malvados anarquistas quizá eso no les guste mucho, a continuación el consejero Fernández-Lasquetty ha enunciado cinco principios de la política liberal de su Gobierno para integrar a los inmigrantes. A saber: tratarlos como individuos y no como grupos; entender que son sujetos libres y racionales que toman sus propias decisiones y están capacitados para “ser agentes de su propia integración”; pensar que son capaces de labrarse su propio futuro y alcanzar la felicidad con su esfuerzo y sus méritos; partir de la base de que los inmigrantes, como los individuos en las sociedades que les acogen, prefieren la democracia y la libertad; y, por último, el principio de considerar a cada inmigrante como alguien distinto de todos los demás, alguien que, cuando hace el bien o el mal, no implica por ello a toda la comunidad a la que pertenece.
Ahora sí que sí. Mucho más tranquilos con nuestro querido gobierno liberal.
Menos mal, y ahora en serio, que algunos no nos dejamos engañar desde hace tiempo.

EN CUBA SÓLO HAY PROBLEMILLAS DE AJUSTE

Ni conozco ni tengo interés en conocer a Maurico Vicent, periodista del diario El País y sinvergüenza de profesión. Si hace unos días me fijaba yo en el trabajito fino de la dicharachera reportera Olalla y sus devaneos con el movimiento ecologista (mentiroso, ladrón y asesino) hoy toca el turno ver que pasa exactamente lo mismo con el intrépido Vicent en El País, donde nos vende un reportaje sobre las circunstancias económicas en Cuba envuelto en un majestuoso traje de falsa objetividad pero que, fijándonos un poco, vemos cómo pareciera un artículo hecho por alguno de los sátrapas mandamases de la isla. Tratar de encontrar, si no, la palabra dictadura, por ejemplo, a lo largo del texto. Vamos, que si un extraterrestre lo leyese ahora sin más información podría pensar que se trata de cualquier país europeo con problemillas económicos.
Si con Olalla me inclinaba yo por que había triunfado el amor a bordo de Rainbow Warrior, con este Vicent, uno diría que anda viviendo e una suit de lujo, con 30 negritos que le abanican y le traen las zapaptillas en la boca y otras tantas negritas quele hacen lo que nunca le harían si de su voluntad dependiese. No se escriben estas cosas por pura ideología. Que no somos de piedra.

sábado, julio 14, 2007

CUMPLIENDO LA CONDENA DE MARY WHITE

Me envía Mrs White desde su blog un dardo envenenado en forma de foco cegador para que confiese 8 cosas sobre mi que nadie conozca por estos lares. Yo, de natural poco amigo a resistir, me desmorono y canto lo que haya que cantar. Ahí van:
1.- A lo largo de mi vida de colegial era temido por los compañeros por mi afición a componer canciones satíricas sobre quien se me atragantase al hilo de la música de alguna canción conocida (ahora las recuerdo y algunas eran especialmente crueles).
2.- Hace bien poco he ganado el primer premio de poesía en mi universidad. Así está el patio en este país.
3.- Odio el deporte. En los recreos (cuando no los dedicaba a copiar los deberes de algún coleguilla en la biblioteca) pasaba el tiempo hablando con el portero del equipo con el que me tocase jugar. Tanto es así que llegué a suspender educación física, teniendo que recuperarla en septiembre. Malditos sean, por cierto, todos los profesores de gimnasia.
4.- Me gusta la política desde muy joven debido a una extraña atracción por la figura de Aznar (que ya se me ha curado). Me recuerdo preocupado, allá por el 95, el día del atentado que sufrió mientras mis compañeros de clase jugaban a tirarse bolas de papel.
5.- Me enamoro una media de 14 veces al día.
6.- Puedo pasar del éxtasis al tormento en cuestión de minutos. Y viceversa.
7.- Me cargué unos cuantos metros de "aleta de tiburón" en la Plaza de Colón con el coche de un amigo. El amigo sigue siéndolo. El coche, tras 3 meses de taller, también. La aleta tuvo que cambiarla Gallardón.
8.- Me encantan los Mariachis. Si cantan a José Alfredo, mejor que mejor. Porque sigo siendo el rey.
En señal de rencor y venganza, y ateniéndome al ibérico consuelo del mal de muchos..., condeno a mi vecino Alberto, al sin par Jorge Valín (a ver si vuelves pronto por Madrid), a mi querida y dulce y minifaldera tomatera Berti y al don Pelayo Stewie a que caigan en el mismo castigo que yo acabo de cumplir. Ah, y a Iracundo, si se pasa por aquí y acepta el guante.

viernes, julio 13, 2007

Nueva hazaña de la sanidad pública

Esta historia, que imagino ya conoceréis, me ha puesto los pelos de punta. Hacía tiempo que no veía tanta inhumanidad junta y para sorpresa de alguno no se trata de un servicio privado sino PÚBLICO de sanidad, en este caso el de Madrid. La noticia es escalofriante y se la dedico al protocomunista de Michael Moore para que en su próxima basura propagandística le dedique unos minutos al hijo muerto de Dolores Murillo y sus padres. Con lo honrado que es Moore no dudo de que lo hará cuando ruede la segunda parte de su último esputo. (Vía El Mundo)

Una embarazada con su bebé muerto ha tenido que esperar atención durante casi 30 horas en las salas de espera de dos hospitales madrileños y escuchar cómo los médicos le decían que su problema no era "un asunto vital".
Este hecho dejó a Loli Murillo y a su marido, Miguel Ángel Pascual, "hundidos", ya que a la dura pérdida de un hijo se une un tratamiento en los centros sanitarios que no conocían.
Miguel Ángel no esperaba que su rechazo a que expulsaran el bebé del cuerpo de su mujer utilizando un fármaco experimental y su deseo de contar con una segunda opinión, se iba a convertir en un peregrinar por las salas de espera de los centros hospitalarios Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y Hospital La Paz de Madrid.
De este modo, allí donde esperaba encontrar soluciones para aliviar el problema que padecía su mujer, tan sólo encontró ausencias o declaraciones tan "vergonzantes" como la de la directora médica del Hospital de La Paz, Aurora Fernández, quien consideró que no era "un asunto tan vital llevar un bebé muerto de una sala de espera en otra sin saber ni siquiera si le estaba matando a la madre". "Ahora Loli está hundida", ha explicado su marido, quien ha recalcado que sólo las personas que son padres pueden comprender lo que es "perder un bebé". "Te estaba dando pataditas unas semanas atrás en el vientre, porque tenía seis meses, y de repente ya no tiene pulso; se te hunden las ilusiones, es terrible", ha lamentado.
Una vez que el estado de salud de su esposa mejore, Miguel Ángel tiene previsto iniciar "trámites legales" y posiblemente comience una huelga de hambre hasta que "las personas políticas que han producido esto dimitan y dejen sitio a gente que tenga más corazón". "No me gustaría que nadie pasase esta experiencia, por eso haré todo lo que esté en mis medios para denunciar", ha señalado.
En su opinión, todo esto cambiaría si "en vez de políticos sin corazón, ambiciosos, ávidos de comisiones y de negocios" la Sanidad estuviera dirigida por gente "que tiene una sensibilidad a estas cosas y buenos profesionales, que los hay". "Máquinas, dinero, comisión y construcciones todo lo que sea pero luego atención ninguna porque cómo se explica si no que me digan no hay ninguna cama en toda la Comunidad de Madrid para mi mujer", ha criticado.
El bebé ya estaba muerto
Miguel Ángel ha explicado que tras hacerse una revisión en el hospital complutense, los médicos le derivaron a urgencias, ya que "no había pulso en el vientre", con la esperanza de que aún hubiera una posibilidad de salvarlo. Sin embargo, el bebé había fallecido y la única solución era "expulsarlo", para lo que les recomendaron "un tratamiento con una droga experimental".
La pareja rechazó este tratamiento ya que consideró que no se les estaba informando "en condiciones" y, dado que no les ofrecían una alternativa, decidió buscar una segunda opinión que les ofreciese otra alternativa. Para ello, solicitaron ayuda al centro alcalaíno para ponerse en contacto con el Hospital de La Paz en Madrid.
"Pensamos que allí iban a mejorar las cosas pero fue peor todavía", aseguró Miguel. Permanecieron hasta tres o cuatro horas en las salas de espera del centro madrileño pero "ningún doctor la miró siquiera". Desesperado, rogó a los responsables de urgencias del centro que, "por lo menos", alguien atendiera a su mujer, aunque luego la derivaran a otro hospital si no había camas.
Sin embargo, siguieron sin recibir "ninguna atención" de los profesionales del centro hasta que, finalmente, desde el departamento de Atención al Paciente les confirmaron que en La Paz no iba ser atendida y le remitieron de vuelta al Hospital Príncipe de Asturias.
El SERMAS afirma que la atención ha sido correcta
Desde el Hospital de La Paz, se señala que la mujer recibió un trato correcto en dicho centro y que se la derivó al hospital de referencia que le correspondía una vez que se verificó su estado. Por ello, han explicado que fue atendida posteriormente en el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.
Por su parte, un portavoz del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha asegurado que dicha paciente recibió una atención correcta y adecuada en todo momento en ambos centros hospitalarios.
Además, ha confirmado que actualmente se encuentra perfectamente y hospitalizada en el primer centro donde fue atendida, el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, como le corresponde por zona de residencia y siguiendo la prescripción médica indicada.
Ayer escuche a Dolores Murillo contar la historia y es si cabe aún más terrible. Me quedo con un médico del Príncipe de Asturias que les espetó "vosotros pedísteis el alta voluntaria" para justificar la pasiva actitud del servicio de salud madrileño. Pues eso, que ojalá Michael Moore conozca a este tipo y lo convierta en el protagonista de su nuevo documental.

Cuando bajar impuestos no es liberal

El propio Rajoy afirmó que “se pueden bajar los impuestos sin que ello signifique una grave deterioro de los ingresos públicos y sin tener que renunciar a ningún tipo política social”. Pues ahí tienen el socialismo encubierto del que hablaba. En realidad al socialista Rajoy no le importa una carajo la bajada de impuestos por ser buena, no, él busca mantener el actual estado del malestar que todo lo ocupa pero con nuevo barniz pseudo-liberal. Más.

miércoles, julio 11, 2007

EL ECOLOGISMO MIENTE, ROBA Y MATA

Acabamos de asistir todos al último movidón de la secta ecologista. En los conciertos repartidos por todo el mundo, los más exquisitos artistas, las más sublimes minifaldas, los más irresistibles metrosexuales del planeta hicieron su aparición para remover y activar la conciencia colectiva. Por supuesto, Al Gore, el gran padre de la cosa, se dirigió a las masas con el único mensaje de alertar acerca del inminente fin del planeta y señalar con el dedo como culpables a los malvados empresarios capitalistas, capaces incluso de alterar las más alambicadas fuerzas naturales.
No es casualidad ni pura literatura que denomine a todos los que allí estaban de cuerpo o espíritu presente como secta, pues es lo que son. Fuera de ella no hay sino la más terrorífica de las condenas y dentro de ella nada más que el discurso oficial del líder. Es el ecologismo la gran secta del S. XXI, inicialmente formada por todos cuantos con la caída del muro de Berlín se vieron despojados de ideales a los que echar mano y que actualmente cuanta con el enorme campo de cultivo de las tan insulsas como peligrosas buenas intenciones, tan fáciles de ganar cuando parece ser que la causa (como ya lo fue y sigue siendo el socialismo) parece correr pareja al sentido común y a fines tan aparentemente poco rechazables como el bien de todos y la salvación universal. Sin embargo, de la misma manera que pasó con el ideal socialista, no es ésta más que otra gran excusa para, aterrorizando a la gente, llevarla, como el pastor a las pacíficas ovejitas, por el espeluznante camino de la servidumbre.
Nos dicen y nos gritan y nos argumentan y nos machacan esta cohorte de neuróticos troleros que el clima está cambiando. Pues claro que está cambiando, hombres y mujeres de Dios. Nada, de hecho, más inestable que el clima (precisamente por eso, pocas cosas tan difíciles de prever y calcular). Cosa distinta es que tras el cambio se encuentre la mano negra y más que visible del hombre avaro y capitalista, gordo y con puro, que con el único fin de ganar dinero está dispuesto a cargarse el planeta. Y es que si ésta es la causa del actual cambio, si hasta que los efectos de la industria no hicieron mella en el ambiente todo era estable, estaría bien saber por qué oscura razón han vivido los hombres épocas pasadas como la conocida por la comunidad científica como “pequeña edad de hielo” en la que, por ejemplo, los niños de Londres corrían por encima de un Támesis tan sólido como la actual Downing Street o cómo más atrás todavía en el tiempo, en la era conocida como “óptimo climático medieval”, los vikingos cultivaban en Groenlandia o los cultivadores de viñedos hacían el agosto durante todo el año por tierras británicas. ¿Por qué, por tanto, ahora es el hombre el causante de un cambio que dura ya más de 200 años y entonces era tan sólo una consecuencia natural?
Pero es que la cosa va más lejos todavía, porque admitiendo que estamos en pleno cambio climático, podemos acudir a los datos para quedarnos aún más sorprendidos si cabe y parecernos el hecho de casar el binomio clima-hombre más difícil que los malditos cuadros del famoso Rubik porque, viendo los índices de temperatura del planeta desde la mitad del S. XIX vemos que ha aumentado en 0,5º. Sin embargo, al seguir la línea del gráfico la lógica ecologista oficial se nos viene completamente abajo al ver cómo la mayor parte de la crecida se produce antes de 1940, momento a partir del cual (nótese que nos encontramos en el periodo de posguerra, en pleno boom industrial con su consecuente disparo de emisiones de CO2) no sólo el termómetro deja de subir sino que se produce una bajada durante casi 40 años consecutivos. ¿Por qué, entonces, si la temperatura corre tras el CO2 con la misma fidelidad que un progre tras el dinero, se empeñan los grados centígrados en venirse abajo?
Estando bastante claro que no deja todo de ser un enorme timo, no sabe uno si reír o llorar. Desde luego, las risas son difíciles de contener cuando uno escucha y lee las apocalípticas predicciones a que nos tiene ya acostumbrado esta manada. Ya vemos cada año cómo los mares no hacen sino aumentar (no hay ningún dato de valor que así lo testifique), los huracanes y las grandes catástrofes naturales se van a incrementar de manera drástica (son tan difíciles de predecir que incluso se habla de imposibilidad por parte de muchos científicos) o el tan manido deshielo de la Antártica (pocas mentiras tan burdas y descaradas: en primer lugar, porque las imágenes primaverales de cada año de los glaciares derritiéndose son allí algo tan común como aquí la caída de las hojas en otoño; y en segundo lugar, porque si bien la península antártica lleva calentándose cerca de 6000 años, el resto –más del 90%- está en periodo de enfriamiento). Pero es que estas cosas no son nada nuevo. Todavía pueden repasarse en bibliotecas y hemerotecas las profecías -y los remedios- que entonces realizaban -y proponían-, el Club de Roma, Paul Ehrlich y tantos otros: "En el año 2000 Inglaterra habrá desaparecido por falta de alimentos y de otros muchos recursos"; "Antes del año 2000, al menos sesenta millones de estadounidenses habrán perecido por el hambre"; "Carece de sentido tratar de salvar al subcontinente indio. Sus más de mil millones de habitantes están condenados y nadie podrá salvarlos"; "Una nueva glaciación, causada por el hombre, ha comenzado"… En fin, que de risa, como decía, si las consecuencias de todas estas idioteces no fueran realmente para llorar.
Siguiendo el esquema del tan viejo como fresco Fréderic Bastiat, podemos decir que, atendiendo a lo que “se ve”, el cumplimiento de la gran solución de los ecologistas del mundo -el protocolo de Kyoto- los españoles deberán costear la friolera de 19.000 millones de euros entre 2008 y 2012. Además, se provocará un incremento adicional de la inflación de 2,7% en el año de su puesta en marcha, una reducción inmediata del PIB de casi un 1%, una previsible deslocalización de parte de la industria española hacia países donde el protocolo no se haya firmado o en los que tengan excedentes de derechos de emisión, y un fuerte encarecimiento de la energía. A estas consecuencias inmediatas sólo pueden seguirle el aumento del desempleo, la desaparición de industrias relativamente pequeñas y estancamiento económico general. Imagínese el lector los datos a nivel mundial. Pero siguiendo con Bastiat, hay que atender también a lo que “no se ve”, que son todas aquéllas oportunidades, negocios, empresas… que se han perdido ya para siempre a causa de las trabas y restricciones burocráticas que la regulación (propia de Mussolini o Stalin) de la economía supone y que son imposibles de calcular (y todo para conseguir, suponiendo que todos los países firmaran y todos los firmantes cumplieran a rajatabla el protocolo –que ni lo uno ni lo otro-, reducir la temperatura de aquí a 100 años en 0,04º) . Por supuesto, entre todas estas consecuencias nefastas, hay que contar de manera destacada las muertes que de manera directa (ahí está la prohibición del DDT, que ha provocado 50 millones de muertos por las falsas alarmas ecologistas de que causaba cáncer) o indirecta, por no dejar desarrollarse a los países que, por otra parte, no aspiran más que a lo que pudimos hacer nosotros hace años.
Una verdadera tragedia, en fin, es toda esta movida ecologista que a tantos desalmados da de comer, que a tantos desesperados acoge en su seno y que a tantos nostálgicos de regímenes políticos ya derrotados da la oportunidad para seguir ejercitando el músculo de la opresión y las ansias de servidumbre ajena. Tragedia que, como hemos visto, no consiste más en una serie de colosales mentiras, que no puede servirse más que del dinero robado a los ciudadanos honrados y que, para colmo, lleva en su haber ya para siempre la muerte de millones de seres humanos que no ansían más que a desarrollarse y vivir en libertad, únicos modos, por cierto, de tener un ambiente sano y saludable a todos los niveles. Sólo con más desarrollo y más libertad, sólo con más dosis de capitalismo, el hombre conseguirá tener un espacio vital limpio y perfectamente cuidado, pudiendo además enfrentarse sin problemas, sacándole provecho incluso, a cualquier tipo de cambio climático.

EL AMANTE DEL CINE ESPAÑOL ES IDIOTA

O al menos eso se deduce de la encuestilla que anda haciendo El Pais en su web. Así, de las tres respuestas posibles a la pregunta de por qué el cine español no triunfa en taquilla, vemos cómo más de la mitad se inclina por que "hay un excesivo número de comedias costumbristas y el público se cansa", casi un 40% por que "las buenas historias alternativas no cuentan con campañas publicitarias como las de EE UU" y una minoría por "el tópico infundado de que siempre cuenta las mismas historias".
Ante esto, sólo cabe concluir, por un lado, que los amantes del cine español son idiotas (si es porque hay muchas "comedias costumbristas" -etiqueta cursi donde las haya- ellos dirán por qué prefieren las comedias costumbristas americanas y si, por el contrario, es por falta de publicidad ellos dirán por qué son incapaces de informarse por sí mismos) y, por otro lado, que el encargado de elaborar la encuesta es, además de idiota, un acomplejado que no quiere dar la opción a participar de su trabajo a cualquiera mínimamente inteligente con la opción "porque la calidad del mismo deja mucho que desear" (note el lector que no pongo directamente "porque es una mierda").
PS: A pesar de mis constantes improperios contra el cine español y mi activo boicot en su contra, confieso orgulloso tener en lugar destacado de mi laico santoral a los tres "san luises" (Buñuel, Berlanga y Garci). Mi corazón os lleva, que cantó el poeta.


martes, julio 10, 2007

lunes, julio 09, 2007

AMOR A BORDO DEL RAINBOW WARRIOR

Resulta que esta semana le ha dado a El Mundo por cumplir con el canon de sensibilidad mínimamente exigible para no tener que ir por la calle pidiendo perdón por existir y ha decidido que nada mejor para ello como mandar una enviada especial al barquito que los de Greenpeace usan a modo del que los niños de verano azul lo hacían con el del viejo Chanquete (no nos moverán y tal y tal).
Rainbow Warrior se llama la nave, y me atrevo a decir que pocos barcos tan cursis habrán surcado los mares. El caso es que hasta allí se ha desplazado la intrépida reportera para contarnos los pormenores de los valientes marinos que luchan por el bien de toda la humanidad, enfrentándose a malvados piratas capitalistas y pescadores salvajes al grito de “salvemos el Mediterráneo, chicos, no os paséis con los atunes”.
Yo no sé si la chica iba ya convencida del tema o la romántica misión de los ecologetas le ha hecho enamorarse a bordo profundamente de alguno de ellos (me inclino por esto), pero no cabe duda de que Olalla Cernuda, que así se llama, ha llegado a puerto con la lección bien aprendida.
Veamos para muestra el botón del primer párrafo de la noticia que publica en la edición digital de su periódico al respecto:
El Mediterráneo es uno de los ecosistemas marinos más bellos y ricos del mundo, pero su situación actual es insostenible. Contaminación, urbanismo descontrolado, sobrepesca y los efectos del cambio climático hacen mella día a día en las cálidas aguas que bañan buena parte de España, mientras los gobiernos parecen poco dispuestos a remediar la situación.”
Técnica impresionante la de Olalla. Veamos como comienza al más puro estilo de película de terror, hablándonos de la belleza y riqueza del maravilloso ecosistema marino del Mediterráneo para, a la vuelta de la primera coma…. pa-paaaaammmm… alarmarnos con un terrorífico “pero” y…. pa-paaaaammm.... darnos el primer susto de muerte anunciándonos que “su situación actual es insostenible”. Es fácil imaginarse a los lectores de Olalla ante las pantallas de sus ordenadores llorando desconsolados, golpeando la mesa de trabajo y gritando a las puertas del cielo un agónico “por qué” que quedará para siempre sin respuesta. ¿Sin respuesta digo? No, no. Tras el punto y seguido Olalla se encarga de responder con un vocabulario duro, sí, pero que no puede ser de otra manera en estas circunstancias, y nos habla de: “contaminación, urbanismo descontrolado, sobrepesca” y, ya estaba tardando en salir, los "efectos del cambio climático" que afecta “día a día” (vemos como vuelve a apelar a los sentimientos) en las “cálidas aguas que bañan buena parte de España”. Sé que es difícil pedir, ante tan espantosa noticia, un poquito de frialdad en la lectura y un mínimo de exigencia a la hora de enumerar las causas (que, además, coronan el titular) porque, ¿el problema del urbanismo no será que está excesivamente controlado a tenor de la imposibilidad de poner ni siquiera un ladrillo de más sin la consiguiente autorización gubernamental?, ¿cuándo habla de sobrepesca, podría decirnos la bella Olalla cuál es el límite óptimo a la hora de coger atunes? Por no hablar de lo del topicazo del cambio climático, claro, que nos meteríamos en un jardín de mucho cuidado. Pero no, la reportera dicharachera no sólo no da ninguna explicación, sino que pasa inmediatamente a poner fin a al discurso con un alegato de petición a los políticos del mundo para que tomen cartas en el asunto. Los únicos, precisamente, que debieran abstenerse de todo cuanto hacen.
En fin, que desde aquí solo se espera que Olalla líe el petate después de haber firmado el reportaje y se enrole en el Rainbow para continuar una de las más bellas historias que en el mundo han sido. La del amor entre la romántica reportera y el fornido marinero del barquito salvamundos.

viernes, julio 06, 2007

EL OTRO MOTIN DE ARANJUEZ

Recién desembarcado en las playas de lo cotidiano puede uno echar la vista atrás en este blog y recordar los días que acabo de pasar en Aranjuez, en la segunda universidad de verano del Instituto Juan de Mariana.
Decía Borges que para acudir a la escuela se había visto obligado a suspender su educación, y es esa precisamente la sensación que tiene cualquiera al acudir a las aulas de la universidad y tener que estudiar mamotretos cargados de chismorreos baratos y teorías viciadas en su mismo origen. Así, en este mundo loco, resulta que la educación y el conocimiento lo tiene uno que buscar a tientas y por su cuenta llegando, si tiene suerte, a encontrar gentes y lugares como de los que estos días he podido disfrutar. No está mal, después de un añito de clases infumables y endemoniadas, de arrogantes profesores con aviesas intenciones y contrincantes dialécticos absurdos armados de topicazos poder uno curarse en salud en esta auténtica escuela que el Instituto nos ha brindado.
Han sido muchas las conferencias, muchos los ponentes, muchas las ideas, los argumentos, las teorías, los datos, muchos los debates, los enfrentamientos, las diferencias, las discusiones, muchas las horas aprovechadas, no sólo al abrigo de las aulas, sino en la caótica intemperie de los bares o las calles nocturnas de un Aranjuez que ha revivido a lo largo de esta semana una especie de nuevo motín de manos de un puñado de gentes un tanto frikis – es así, amigos, lo somos- incapaces, no sólo de perderse un solo minuto del programa oficial establecido, sino de pensar o hablar de otras cosas en los ratos de descanso, los cafés, las comidas, las cenas, las copas y los paseos de vuelta a los hoteles.
No es cuestión de contar aquí mis idas y venidas personales al más puro estilo “querido diario”, ni tampoco de ponerme a desguazar lo dicho a lo largo de cada una de las conferencias, que para eso está el trabajo fino de los rizos de cobre de Mary White, pero no quería dejar pasar la ocasión para hacer constar, a salto de mata, mi impresión personal porque hay cosas que quedarán fijadas ya para siempre en la memoria, especialmente los ratos compartidos entre todos (lo que cuesta encontrar mesa para 30, carajo), las idas y venidas con amigos como Berti, o Toni, o Adrián o Borja (…vivan las caenas…), la anticipación con cuentagotas del manual perfecto para ligar de Dani (de próxima publicación), beber en la oscuridad de un aparcamiento de camiones con Gabriel Calzada, y el dicharachero médico Alphonse Crespo (no llegó a sentarse en toda la noche), y Maite (la ruda peleona de Bestinver, que no sabía lo que era un botellón)… y desde luego, hablando del dichoso aparcamiento la memorable historia compartida con Alberto y Antonio Zanella (fuimos los tres mosqueteros por una semana, benditos sean). Jamás se podrá olvidar, lo sabéis, el modo en que huyeron despavoridas aquellas tres pobrecitas estudiantes de Medioambientales cuando, a eso de las 5 de la mañana, Antonio (porque fuiste tú, es un hecho) sacó el maldito tema de la necesidad de privatizar la educación. Yo no sé lo que debió liarse en Troya con la movida de Aquiles, pero aquí se armó una gorda, sacando lo peor de cada uno de nosotros: ahí estaba Antonio quejándose a voz en grito contra el suelo por la ausencia continuada de la secretaria de su universidad (“es que no está nunca… ¡no está nunca!... ¡coño!), o el modo de debatir, al más puro estilo de los hermanos Sacamantecas o Hulk Hogan, de Alberto (“¡¡déjamela a mi, déjamela a mi!!”) o, por ser imparcial, la puntilla que puse al preguntarles yo, como quién pide hora, si no se habían preguntado nunca porqué las gallinas no se extinguían…
Cosas que tiene, en fin, juntarse con gente que te hace pensar y estudiar y comprender.
Larga vida, pues, al Instituto, mal que le pese a la ira infantiloide de alguno.