En Madrid no se habla de otra cosa, que diría el Anson de las canelas finas. El sábado pasado aquí, en los madriles, tuvo lugar la nueva manifestación –y ya van…- contra las jugarretas de Zapatero y sus compinches. Nada nuevo bajo el sol en cuanto a la forma de la misma: cabeceras varias con lemas solemnes que nadie recuerda, pancartas, carteles manuales donde exhibir el ingenio más o menos ingenioso del personal, coros y cantos y risas y enfados, banderas, políticos y, en fin, un maremágnum de colores, colorines y coloretes encerrados en dos: el amarillo y el rojo de la enseña patria. Podría, pero no quiero, entrar a valorar si los que allí se llegaron sumaron los doscientos millones que nos dicen los unos o los cuatro gatos que nos aseguran los otros. Tengo para mí que ni el rugido era tal ni sonaba el eco después de cada consigna, pero como calzo gafas y ese día no las llevaba me callo y allá cada quien.
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domingo, marzo 18, 2007
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