sábado, diciembre 09, 2006

LA DERECHA ECOLÓGICA Y OTROS ANIMALES

Decíamos ayer que el nivel de tontos está creciendo a pasos agigantados. Hoy encontramos en la página 7 de La Razón una nueva prueba para afianzar nuestra teoría. José Antonio Vera, bajo el título “La ecología no es de izquierdas”, publica el que a buen seguro será su discurso de entrada en la Real Academia de la Tontería Ecológica. Paso a transcribir y comentar brevemente sus partes más destacadas:

No puedo estar más de acuerdo con la denominada “revolución verde” del joven David Cameron. ¿Por qué la ecología tiene que ser de izquierdas? ¿Quién ha dicho eso? (…) El medio ambiente no es de nadie”. He aquí el gran problema que actualmente está presente en cualquier conversación sobre política que se presente. Especialmente, en los medios de comunicación. Resulta que todo queda dividido entre pro PP y pro PSOE y viceversa o, en el mejor de los casos, gentes que se dicen “de derechas” y gentes que se dicen “de izquierdas”. Ahora bien, ¿qué carajo significa ser de izquierdas o derechas? That´s the question. Nadie puede responder a eso en base a unos parámetros objetivos. Y quien intente hacerlo caerá, como ahora veremos que hace escandalosamente Vera, en una infinita espiral de contradicciones.

Ser verde no significa ser de izquierdas ni socialista ni comunista, y el que no lo crea así se equivoca. Ser verde significa tener sensibilidad por uno de los problemas que más agobian a las sociedades avanzadas. Se puede ser verde y ser liberal, y liberal-conservador, y del centro-reformista, y socialdemócrata, y por supuesto de izquierdas. Se puede ser verde y un ciudadano normal, incluso ser verde y ser empresario”. Toma ya. Aquí ya sí que llegamos al acabose. Si ya teníamos un lío enorme, ahora sí que no sabemos dónde estamos. Resulta que sin antes haber resuelto el dilema izquierda-derecha nos metemos a desentrañar el significado del vocablo “verde”. Y llegamos a la enorme conclusión de que significa “tener sensibilidad” por la ecología. Bueno, pues siendo así, claro que todos podemos ser verdes. Por poder, pueden “hasta los empresarios” o “las personas normales”, como dice Vera, que ya es decir. Lo malo es que la cuestión de fondo no está en la sensibilidad hacia el medio ambiente, sino en el análisis de la causa y el método a poner en práctica para resolverlo. Así, en el artículo puede leerse media docena de veces “desarrollo sostenible” y ni una sóla vez –ni una- “derechos de propiedad” o “capitalismo”.

El problema de estos berenjenales, como ya hemos dicho más arriba, es que uno acaba haciendo el ridículo: “Sólo es cuestión de poner el acento allí donde no lo pone la izquierda. En vez de impuestos verdes, innovación empresarial verde, ayudas verdes a las empresas, incentivos verdes para nuevos desarrollos.” Pero, ¿qué significa exactamente eso de ayudar a las empresas? ¿quién las tiene que ayudar? ¿con qué recursos? ¿qué clases de incentivos? ¿no será que al final le gustan a Vera los odiosos “impuestos verdes”? Y sigue: “En vez del talibanismo y el catastrofismo ecológico, la realidad tal cual es, sin excesos, sabiendo que se han hecho muchas cosas mal, pero que hay margen para enderezar el rumbo, apostando por claridad por el desarrollo sostenible”. Pero, ¿cuál es la realidad “tal cual es”? ¿y qué es eso del desarrollo sostenible? ¿y qué rumbo hay que enderezar? ¿qué cosas se han hecho mal? ¿no será que al final Vera cae en su repudiado “talibanismo y catastrofismo ecologista”?.

Dejo para el final lo mejor del escrito: “David Cameron usa con frecuencia la bicicleta para despazarse y se declara partidario de las energías alternativas. ¿Qué tendría de malo que en España Rajoy hiciera algo parecido?”. Pues lo malo, Vera, es que caeríamos un poco más si cabe en el absurdo. Que nuestra clase política sería aún más asquerosa. Que las esperanzas liberales se apagarían definitivamente. Y que, consecuencia de todo esto, todos los españoles de bien comenzarían inmediatamente a hacer las maletas para, desde la ventanilla de cualquier avión, hacer un soberano corte de manga a Rajoy, a Zapatero, a Vera y a la madre que los parió. A ellos, y a sus compinches de la simplificación, el partidismo y el trapicheo. Ah, y, por supuesto, el socialismo de todos los partidos. Cada vez más claro y evidente.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que es vergonzoso como la derecha se apunta, dando la batalla por perdida, a todas las ideas de la izquierda. Saludos

Anónimo dijo...

Yo no creo que se apunten a la izquierda, sino que han sido suyas las ideas desde el principio y les molesta que están tan bien vistas cuando es la izquierda la que las defiende. Es solo una cuestion de imagen. En el fondo son dos perros iguales.

J.J.Mercado dijo...

Dos perros distintos, de la misma raza.
Saludos.

Anónimo dijo...

La enfermedad moral de la izquierda arrabalera es contagiosa.

Yo me parto con la izquierda.

(Aunque no deberíais meter a los perros en esto)

Fernando A. Ramírez Martínez dijo...

Lo de la ecología es un cuento chino, que no se si será de derechas o izquierdas, pero desde luego es intervencionista, ya que no se plantea en términos de mercado.

El ecologismo trata de imponer el cuidado de la naturaleza sin asumir, que aquello que no tiene dueño no tiene a nadie que se preocupe por cuidarlo, y la naturaleza no es una excepción.

Incluso la palabra "sostenibilidad" aquí en España se está pervirtiendo, de su original significado alglosajón, de integrar el respeto a la naturaleza en una economía de mercado por los beneficios que supone, tal y como trata de hacer el USGBC en USA y el CCVE aquí en España.

Anónimo dijo...

Pues yo soy catolico, y por ende conservador hasta la medula, y creo que el "Progresismo" puede ser algo tanto de derechas como de izquierdas. En el caso de las izquierdas todo lo tenemos claro. Pero en el caso de la derecha, los conceptos de Capitalismo, Modernizacion, Industrialismo, Economia de Mercado, etc etc no son precisamente conservadores, si por conservadores entendemos lo que hay que entender, y NO liberales.
Lease al respecto a G.k.Chesterton, o bien a un filosofo catolico de nuestros dias, Alasdair MacIntyre, y en especial su ensayo "Tras la Virtud". COmo simple apunte decir que en la Universidad de Navarra, la del OPus, no la otra, se promociona muy mucho a Macintyre. Contactar con Alejandro Llano al respecto.
Y no sigo con mas referencias, porque no quiero hacerme pesado.

Anónimo dijo...

"La enfermedad moral de la izquierda arrabalera es contagiosa."

¿Hay una izquierda sana y educada? Por la prensa "seria" van fardando de lo mucho que da de sí en Internet la basura del Estercolero.net y del Gran Wyoming.

Hay que decirlo más, mucho más.

Anónimo dijo...

Al fin y a la postre más alarmismo, bien disimulado con mentiras travestidas en tópicos y axiomas, para volver a lo de siempre.

Anónimo dijo...

La ecología y la sostenibilidad, en términos políticos no es la fiebre hippie de "salvad las ballenas". Es el intento de regular el consumo para que un exceso de consumo no termine con unos altos índices de contaminación.
A nadie le gusta vivir en una ciudad llena de "smog". A mucha gente le gusta de vez en cuando ir al campo, y encontrárselo limpio y natural. A nadie le gusta la lluvia ácida ni el efecto invernadero, al menos no sobre su casa o sus vidas.
El ecologismo no es más que una respuesta social para controlar un desarrollo excesivo que pueda comprometer nuestra calidad de vida.
El ecologismo no entiende de derechas o izquierdas, ni de partidos políticos.
Asignar a la izquierda el ecologismo es dar una batalla ganada a ésta. Y posicionarse contra el ecologismo por ser éste una característica de la izquierda es un craso error que denota una gran falta de miras. Así el día que la izquierda se dedique fervorosamente a promulgar que no nos tiremos por la ventana ¿la derecha promulgará lo contrario?
La posición contraria "porque sí, por que ellos son mi enemigo" es el gran error que a lo largo de la historia han cometido tanto derechas como izquierdas.
Menos radicalismo político y más sentido común y hacer en común. Somos una sociedad, con distintos puntos de vista, si, pero discutir y enzarzarnos en promulgaciones contrarias a todo lo que diga el "otro" partido político sólo lleva a hacer el ridículo más espantoso y perder el norte.

J.J.Mercado dijo...

Estimado Lenor, tú lo has dicho:
"La ecología y la sostenibilidad, en términos políticos no es la fiebre hippie de "salvad las ballenas". Es el intento de regular el consumo para que un exceso de consumo no termine con unos altos índices de contaminación"
Pues claro. Y precisamente por eso la ecología es un problema. Claro que a cualquier persona mínimamente digna le hace una gracia espantosa ver a los cutre progres de pacotilla abogando por la defensa de los delfines. Maslow en su famosa pirámide ya anunció que a estas cosas se llega cuando uno tiene el resto de satisfacciones vitales perfectamente cubiertas. En este caso, cubiertas gracias al sistema capitalista.
Sin embargo, el gran problema es que el objetivo de los grandes grupos ecologistas es el de "regular el consumo para que un exceso de consumono no termine con unos altos índices de contaminación". Y este es el gran problema.
Claro que a los liberales nos importa la ecología y el medio ambiente. Faltaba más. El problema entre nosotreos y los ecologistas -de todos los partidos- es la diferencia en el diagnóstico y su consecuente tratamiento. Nosotros pensamos que con una buena asignacion de derechos de propiedad perfectamente definidos y respetados, todo iría infinitamente mejor. La posición socialista es, precisamente, la contraria.
Y en cuanto a que el PP tenga que darle la razón en esto al PSOE, tampoco estoy de acuerdo. Maldito sea el tan afamado consenso. Vale que consecuentemente se pongan de acuerdo en algo, pero establecer el acuerdo como fin me parece absurdo.