Y, ¿qué es lo nuestro? Pues por oposición, si lo suyo es el poder, lo nuestro es la libertad. Así de simple. Abstenerse es un acto que, realizado a conciencia (y diría que también sin ella) es sinónimo de libertad. Sería justo que ese 36,21% de ciudadanos se vieran representados en el parlamento con su número correspondiente de asientos vacíos en una muestra del hastío de la ciudadanía para con el sistema que tiene que sufrir. Imagínense por un momento un Congreso con 127 sillones sin políticos apoltronados. Suena bien ¿verdad? Pues luchemos porque de ahora en adelante ninguno se atreva a sentarse en ellos. Por nosotros, por la Libertad. Más.
miércoles, mayo 30, 2007
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