domingo, octubre 14, 2007

HASTA ALEJANDRO SANZ SUFRE SUS IRAS

No me gusta nada Alejandro Sanz. Desconozco y no me importa cómo será en su vida privada. Seguramente, un tipo estupendo y un padre ejempar, no lo dudo. En lo artístico, sin embargo, me parece cursi, hortera, monótono y, además, un torturador de la gramática española.
Sin embargo, y aunque para colmo sea además un progre con carné oficial, no tengo por más que solidarizarme con él por la censura a que ha sido sometido últimamente en Venezuela, ese país al que poco le falta para convertirse en corral privado de Hugo Chávez, gorilón rojo que tantas simpatía provoca en Europa, y que tan copiado es, dicho sea de paso, en paises como España. Y todo porque hace algún tiempo el cantante español se atrevió a decir que no le gustaba el presidente venezolano, "como ampoco me gustan los de otros sitios, y el mío tampoco (José María Aznar, presidente entonces) me parece que lo haya hecho bien".
En fin, que un simple "no me gusta" sirve para que este dictadorzuelo de tres al cuarto diga quién puede y quién no cantar en su país.
En la película Ninotchka puede disfrutarse una escena en la que tres agentes de la Unión Soviética se encuentran con su jefa en un hotel extranjero y se lo dicen a gritos: Ven, Ninotchka, ven, mira, aquí se puede gritar y criticar cuanto se quieran sin correr el riesgo de que te maten.
Pues eso.

PD: Hablando de cine, el gorila acaba de fundar su propia productora de cine para luchar contra los valores propagados desde las altas colinas de Hollywood... Para echarse a temblar...

1 comentario:

Así está Murcia dijo...

Y a nosotros que nos han enseñado que la censura es propia de la derecha y las dictaduras, y vemos España y Venezuela que no son lo primero, y, oficialmente, tampoco lo segundo, y veo menos libertades que nunca, ¿qué pasa?¿por qué quieren convertirnos en repúblicas bananeras?