Esta es la típica pregunta que todos nos hacemos tras unas elecciones. Cómo se va a configurar el parlamento de turno y la comparación con el de la anterior legislatura se ha convertido en algo fundamental de todo observador político y no político, todo el mundo analiza los resultados , eso sí, según le venga una u otra interpretación.
Lo del País Vasco es, sí cabe, más difícil de interpretar pues las peculiaridades de este territorio hacen que todo análisis se tenga que hacer con especial templanza, alejado de sensacionalismos propios de épocas post-electorales
A primera vista observamos la asombrosa bajada de la coalición PNV-EA que pasa a tener 29 escaños lo que unido al mantenimiento de las posiciones de EB obligan al PNV a tomar una posición en la que Ibarretxe no se podía imaginar estar hoy. Se ha reiterado que el lehendakari se tomó estas elecciones como un referéndum de su famoso “plan” y se ha equivocado estrepitosamente. Primero por no saber diferenciar momentos y éste no era el del referéndum, y segundo porque el electorado le ha dicho no, no sólo al plan, también no a su forma de gobernar planteada sobre la base del enfrentamiento con el Gobierno central. Parece que no se hubiera enterado de que ya no gobierna Aznar, con el que tenía una extraña relación de amor-odio que a ambos beneficiaba, pero ahora su rival centralista es un bambi auténtico y San Gil, su contrincante local, no han optado por seguir con esa política agresiva que ahora no tocaba.
Tendrá Ibarretxe que pactar con alguien, el problema es con quién lo va a hacer. Este dilema que en otra cuestión sería bueno se convierte aquí en un verdadero problemón porque ha de elegir entre el PSE de Patxi López y los batasunos reconvertidos en PCTV. Si elige a Patxi lo tendrá difícil porque ya anunció éste que no sería el vice de nadie así que para convencerlo tendrá que ofrecerle a él y a ZP un jugoso caramelo que podría consistir en una bajada de las tensiones nacionalistas, algo que Ibarretxe ha de hacer tarde o temprano. Este hipotético pacto supondría una nueva victoria del PSOE que unida a los buenos resultados electorales colocaría al SOE en una gran posición en un tema tan complicado de la política nacional. Por otro lado, si pacta con los comunistas su gobierno estaría tiznado de la marca que Batasuna dejó sobre estos desarrapados, además de que no gozaría de la estabilidad necesaria que todo gobierno necesita pues posiblemente veamos en esta legislatura intentos por ilegalizar el partido por lo que tampoco es plato de buen gusto para Ibarretxe.
En términos generales el lehendakari sale muy mal parado de estas elecciones pues no sabe si ha perdido él o su plan, aunque desde aquí creemos que ha sido su plan soberanista, y por otro lado tiene el dilema planteado de elegir socio de gobierno a cual peor para sus intereses. Por todo ello, me alegro profundamente.
lunes, abril 18, 2005
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