Lo de las predicciones de los amiguetes del Medio Ambiente resulta ya un plomazo devastador. Bien es cierto que hasta hace un tiempito la cosa le hacía a uno gracia, pero ver que no sólo no se cansan de hacer el ridículo, sino que mientras más lo hacen más fuerzas les asisten termina, ya digo, por desesperar.
Si hace poco la musa entre las musas, Lucía la de los cuerpos celestes, auguraba que “el fin se acerca. Mares agostados, bosques deforestados, agua y aire contaminados. Desaparecen 30.000 especies por año, 3 por hora (…) Dentro de unos 150 años acabará el mundo (…) Yo tengo una hija, y la perspectiva de que viva en el mundo de Mad Max me aterra. Y no sé si cierta gente no tiene hijos, no lee, o está completamente loca”, la última tontería la ha escrito la directora del suplemento de moda Yo Dona, de El Mundo.
Charo Izquierdo, haciendo honor a su apellido, nos aventura en su “Carta de la directora” –colocada bajo la foto de unas grúas tremebundas asomadas por entre la humareda contaminante- que en poco tiempo “una de cada seis personas va a carecer de agua potable, que se provocarán 200 millones de refugiados y que se perderá el 5% del PIB de todos los países que no tomen medidas”. Toma ya. Esto ni Aramís Fuster, ni la bruja Lola, ni Raphel. Pero no acaba ahí. Si uno aguanta la risa lo suficiente, puede terminar leyendo: “propongo que este fin de semana, en nuestras compras, optemos por utilizar menos bolsas de plástico y rechazar los alimentos envasados en bandejas de corcho blanco. Puede ser nuestra contribución para conservar el planeta”. Venga, vale. Chupi Guay del paraguay. Esta semana todos vamos a ser buenos, eh? Que si no, vendrá el coco… Pero hombre por Dios, y esto lo escribe una tía que es ¡¡¡directora de un suplemento del Mundo!!! Propongo que a cualquiera de los que pasemos por aquí nos nombren directores del Washington Post.
Todo esto me recuerda mucho a una brillante -cómo no- canción del maestro Javier Krahe que bien podría aplicársele a estas brujas de postín:
Grave desencanto te ha dado, a resultas, uh, uh,
del cual te dedicas ahora a las ciencias ocultas.
Tú que ya eras torpe de racionalista,
no lo tienes fácil, Satanás te asista.
Siendo sólo fea, siendo sólo arpía,
nunca serás bruja de categoría.
¡Que miedo, tú!
Tururú.
Prueba fehaciente de tus pocas luces uh, uh,
en vez de manzanas llevas altramuces
y haces tus conjuros en catorce y jueves.
Así no te pica ni una Blancanieves.
Dan tus sortilegios tal vergüenza ajena
que te pone cuernos incluso la luna llena.
¡Que miedo, tú!
Tururú.
Aunque eches los polvos de la madre Celestina uh, uh,
tus filtros de amor dejan pasar la nicotina
y al ponerte bizca con la bola ésa,
el futuro más vulgar se te atraviesa.
Si hasta tu lechuza se volvió a su nido,
desde que al tarot te oyó exclamar: "envido".
¡Que miedo, tú!
Tururú
PD: En fin, la cosa es que esto viene ya de muy lejos y aún no se les ha caído la cara de vergüenza, así que cabe esperar aún muchas tonterías más. Lo escribe José Ignacio del Castillo: “Todavía pueden repasarse en bibliotecas y hemerotecas las profecías -y los remedios- que entonces realizaban -y proponían-, el Club de Roma, Paul Ehrlich y tantos otros: "En el año 2000 Inglaterra habrá desaparecido por falta de alimentos y de otros muchos recursos"; "Antes del año 2000, al menos sesenta millones de estadounidenses habrán perecido por el hambre"; "Carece de sentido tratar de salvar al subcontinente indio. Sus más de mil millones de habitantes están condenados y nadie podrá salvarlos"; "Una nueva glaciación, causada por el hombre, ha comenzado", etc”.
Si hace poco la musa entre las musas, Lucía la de los cuerpos celestes, auguraba que “el fin se acerca. Mares agostados, bosques deforestados, agua y aire contaminados. Desaparecen 30.000 especies por año, 3 por hora (…) Dentro de unos 150 años acabará el mundo (…) Yo tengo una hija, y la perspectiva de que viva en el mundo de Mad Max me aterra. Y no sé si cierta gente no tiene hijos, no lee, o está completamente loca”, la última tontería la ha escrito la directora del suplemento de moda Yo Dona, de El Mundo.
Charo Izquierdo, haciendo honor a su apellido, nos aventura en su “Carta de la directora” –colocada bajo la foto de unas grúas tremebundas asomadas por entre la humareda contaminante- que en poco tiempo “una de cada seis personas va a carecer de agua potable, que se provocarán 200 millones de refugiados y que se perderá el 5% del PIB de todos los países que no tomen medidas”. Toma ya. Esto ni Aramís Fuster, ni la bruja Lola, ni Raphel. Pero no acaba ahí. Si uno aguanta la risa lo suficiente, puede terminar leyendo: “propongo que este fin de semana, en nuestras compras, optemos por utilizar menos bolsas de plástico y rechazar los alimentos envasados en bandejas de corcho blanco. Puede ser nuestra contribución para conservar el planeta”. Venga, vale. Chupi Guay del paraguay. Esta semana todos vamos a ser buenos, eh? Que si no, vendrá el coco… Pero hombre por Dios, y esto lo escribe una tía que es ¡¡¡directora de un suplemento del Mundo!!! Propongo que a cualquiera de los que pasemos por aquí nos nombren directores del Washington Post.
Todo esto me recuerda mucho a una brillante -cómo no- canción del maestro Javier Krahe que bien podría aplicársele a estas brujas de postín:
Grave desencanto te ha dado, a resultas, uh, uh,
del cual te dedicas ahora a las ciencias ocultas.
Tú que ya eras torpe de racionalista,
no lo tienes fácil, Satanás te asista.
Siendo sólo fea, siendo sólo arpía,
nunca serás bruja de categoría.
¡Que miedo, tú!
Tururú.
Prueba fehaciente de tus pocas luces uh, uh,
en vez de manzanas llevas altramuces
y haces tus conjuros en catorce y jueves.
Así no te pica ni una Blancanieves.
Dan tus sortilegios tal vergüenza ajena
que te pone cuernos incluso la luna llena.
¡Que miedo, tú!
Tururú.
Aunque eches los polvos de la madre Celestina uh, uh,
tus filtros de amor dejan pasar la nicotina
y al ponerte bizca con la bola ésa,
el futuro más vulgar se te atraviesa.
Si hasta tu lechuza se volvió a su nido,
desde que al tarot te oyó exclamar: "envido".
¡Que miedo, tú!
Tururú
PD: En fin, la cosa es que esto viene ya de muy lejos y aún no se les ha caído la cara de vergüenza, así que cabe esperar aún muchas tonterías más. Lo escribe José Ignacio del Castillo: “Todavía pueden repasarse en bibliotecas y hemerotecas las profecías -y los remedios- que entonces realizaban -y proponían-, el Club de Roma, Paul Ehrlich y tantos otros: "En el año 2000 Inglaterra habrá desaparecido por falta de alimentos y de otros muchos recursos"; "Antes del año 2000, al menos sesenta millones de estadounidenses habrán perecido por el hambre"; "Carece de sentido tratar de salvar al subcontinente indio. Sus más de mil millones de habitantes están condenados y nadie podrá salvarlos"; "Una nueva glaciación, causada por el hombre, ha comenzado", etc”.
6 comentarios:
Lo dice la canción: "Dan tus sortilegios tal vergüenza ajena". No sé como les da pudor escribir y decor lo que escriben y dicen.
Un sludo.
Pensar que ha de dar vergüenza por escribir estas cosas es no estar en el mundo.
Haced el favor de salir a la calle y preguntadle a cualquiera. Veréis como ésta señora de tonta no tiene un pelo. Ni un pelo.
Por eso es directora de un suplemento de El Mundo y vosotros no sois directores del ...
Cuando dices que "pensar que ha de dar vergüenza por escribir estas cosas es no estar en el mundo" debes referirte al periódico, claro. Otro tontorronzón...
Parafraseando la frase financiera, errores pasados no implican errores futuros.
La predicción climática es uno de los problemas más complejos que se puede afrontar. Sin embargo, la comparación con predicciones del pasado es absurda. Cada año transcurrido existen medios de cómputo más poderosos y las teorías están más depuradas.
Ciertamente, los resultados de las actuales predicciones de cambio climático distan de ser choherentes unas con otras y no hay unanimidad en la comunidad científica sobre si existe cambio climático y menos aún si de existir es debido a la acción humana. Sin embargo hay clara mayoría de que así es.
Y si la mayoría tuviera razón, las consecuencias son también difíciles de ponderar, pero podrían ser incluso más catastróficas de lo que auguran. Por ejemplo, aunque escribo de memoria, la última vez en la que hubo de media en la tierra unos 4 grados de media más que hoy en día, hace unos tres millones de años, el mar estaba unos 22 metros mas alto (Barcelona está a 12 metros sobre el nivel del mar). ¿En cuanto tiempo puede ocurrir un cambio como este? Me temo que por el momento nadie lo sabe pues tampoco ha habido nunca un factor tan activo como el humano. ¿Podría ocurrir en un siglo lo que ocurrió en otras ocasiones en miles de años? Quizá sí.
Lo que sí se puede asegurar es lo siguiente: toda actividad del ser humano ha de producir una alteración del medio, incluiodo un cambio en el clima. Por ello es muy sensato procurar minimizar ese impacto. Y también muy sensato estudiar científicamente el posible cambio climático. Los comentarios despreciativos de este blog no tienen nada de científicos ni ayudan siquiera en favor de la opinión que pretenden defender.
Vamos a ver, por alusiones:
Creo que queda completamente claro que mi comentario va dirigido a las predicciones catastrofistas de dos personas en concreto con nombres y apellidos que, esas sí que sí, nada tienen de científicas. Mi mayor desprecio a ambas, literario o periodístico, no científico, que no lo soy.
En segundo lugar, claro que pueden compararse las predicciones pasadas con las presentes (y me atrevo a aventurar que con las futuras) en tanto que todas tienen en común la falta de certeza (te sonará el famoso principio de precaución)en el análisis, y el hecho de que la solución pase, única y exclusivamente, en desastrosos -porque eso sí que es un desastre- e injustificables recortes de la libertad individual.
Tercero, dices que toda acción del ser humano tiene una reacción en el medio ambiente. La pregunta es ¿y porqué esa reacción tiene que ser malo por definición? o más aún ¿es que las acciones socialistas ecologistas no tienen efecto sobre el medio ambiente? ¿y si lo tienen, son sólo positivas? Porque quizá cabría pensar que son precisamente los ecologistas los que más daño hacen al medio ambiente y a la humanidad en general. A lo mejor son las Lucías Etxebarrías y los AlGores de turno los que tengan que cargar con la culpa del deterioro del planeta. Por poner dos ejemplos rápidos: si en España los toros de lidia no estuvieran sometidos a derechos de propiedad gracias a la fiesta de los toros, sería ya una especie extinguida, como ha pasado en toda la cuenca mediterránea (sin embargo, en su nombre piden la prohibición de la fiesta), o si quieres hablamos de las consecuencias del TDT.
Pero en fin, repito que no soy científico. Por eso no me permito el lujo de decir estupideces a los demás, como la directora de Yo Dona, como Lucía Etxebarría, como Al Gore...
Perdón, quería decir DDT, claro.
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