Seguro que algún alma cándida de los que por aquí pasan tiene pensado regalarle a su político de turno un buen regalito por Navidad. No es cosa rara, por más que haya quien se asuste de sólo imaginarlo, pues si pensamos en la de veces que se saca la cara por ellos en multitud de discusiones de bar o por los pasillos de clase, o la de veces que se les confia la fe más absoluta o algo tan personal como el voto en las elecciones, no sería descabellado que por estas fechas alguien se acuerde de ellos con la impoluta intención de obsequiarles con un presente.
Pues bien, si así fuere, sepan los interesados que aquí les doy una idea con la que a buen seguro triunfarán en su propósito de hacer feliz a su líder de cabecera. Si además el interesado en cuestión es de cierto postín -sólo pensar que gente así pueda pasar y leer esto me emociono- puede que incluso consiga alguna prebenda en forma de subvención o terrenito o recalificación... quién sabe... puestos a imaginar puede que practicando con este regalito, hasta nos ahorremos el año que viene algún que otro pequeño error sin importancia... quién sabe... o lo mismo de tanto jugar se hartan y no vuelven a intentarlo, llegando a hacer realidad ese sueño inalcanzable ahora...
En fin, que el regalo propuesto es este divertido juego con el que aprender planificar ciudades. Anímense y cómprenlo.
jueves, diciembre 06, 2007
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