viernes, junio 23, 2006

EL PP Y SU "MOMENTO LIBERAL"

Leo hoy un artículo en ABC de un diputado socialista respondiendo a otro de José María Lassalle publicado días antes y del yo hasta hoy no me había enterado.
José Andrés Torres Mora, que así se llama el sociata del artículo de hoy, no decir más que, si acaso, parece tener algo más de cultura que sus compañeros de bancada. Especialmente, que Pepino Blanco, ese que, entre otras lindezas, dice que el referéndum del estatuto catalán ha sido un “ésito”. Bueno, pues eso. Que este Torres Mora tiene pinta de saber que el palabro se escribe con “x”.
Sin embargo, el artículo de Lassalle me interesa mucho más. Primero, porque es buen amigo de la asociación y a él debemos el empujoncito inicial para comenzar a publicar nuestra revista Cádiz. Segundo, porque es un hombre culto, simpático y agradable –alguna vez le he dicho que al PP le hace falta que salga gente así a los medios-. Y tercero, porque está en un partido que es el único del que podemos esperar algún que otro ramalazo liberal.
Su artículo se llama “El momento liberal” y a mí me ha vuelto a decepcionar. Lo siento, pero es así. Al leerlo me he acordado del consejo que cuenta Umbral le dio el maestro Ruano sobre cómo hacer un buen artículo: “tienes que hacerlo con una salchicha: átalo por los extremos y en el medio métele lo que tú quieras”. Y así lo ha hecho Lassalle. Empieza muy bien –“un «momento liberal» de palabra, formas y acción, como diría Jean-François Revel”- y termina muy bien –“es la hora de un «momento liberal» propositivo, seguro y orgulloso de sí mismo, de su responsabilidad con la libertad”- , pero en el medio, nada de nada. O mejor dicho, más de lo mismo: el liberal debe ser moderado, hay que ser inteligente, debemos presentar una oposición beligerante pero respetuosa… y en definitiva, se mete a describir lo que bien podríamos llamar el buen talante.
Ahora bien, ¿es que no puede ser un comunista inteligente, respetuoso y moderado? Ya sé que actualmente la cosa está difícil, pero quizá Julio Anguita respondiera en su época al prototipo. A mi entender, esas cualidades a las que a hace alusión Lassalle a lo largo de todo el artículo –y que yo he defendido aquí casi con las mismas palabras- son propias más bien de una persona sensata y educada que de un espectro político o ideológico determinado. Pocos españoles habrán sido más respetuosos y más educados que José Antonio Primo de Rivera y, sin embargo, pocos tan radicalmente contrarios al liberalismo, por ejemplo.
Por esto digo que me ha parecido decepcionante el artículo. El liberalismo español –ese que nunca ha sido- no puede ser defendido como si de una mera formalidad se tratase. Si hablamos de un “momento liberal” en España, que buena falta hace, hay que hablar de liberalizar empresas y de recortar impuestos, hay que tratar de manera distinta la enseñanza y la salud, hay que ponerse en serio a independizar los tres poderes, hay que mostrarse favorable a las libertades civiles y tantas y tantas cosas… De la educación, que se encarguen las familias y las escuelas.

4 comentarios:

José Carlos Rodríguez dijo...

Un liberalismo de actitudes no vale si no lo hay también de ideas.

La libertad, y lo que restan de instituciones que la defienden, están en peligro en España. Es el momento, sí, de hacer un discurso plenamente liberal que recuerde la dignidad de los principios esenciales y proponga soluciones viables para asegurar su prevalencia.

Lo demás, nada.

Anónimo dijo...

Claro que sí.
Y además, Esperanza Aguirre está realmente buenísima.
Saludos liberales

vitio dijo...

Se trata también de liberalizar el horario de los comercios, de rechazar la ley antitabaco...
Hay tantas leyes antiliberales!!

Anónimo dijo...

Mucha gente cree que el liberalismo, en vez de consistir en ideas, consiste en ser el ala izquierda de la derecha. Es confundir la velocidad con el tocino.