Russell Kirk es sin ningún género de dudas uno de los más destacados, importantes e influyentes intelectuales del
conservatism americano del siglo XX. Téorico político, historiador, crítico social y literario así como autor de novelas, fue de las cabezas más importantes de la Derecha Americana de posguerra. Siempre se consideró heredero del pensamiento de Edmund Burke y condensó lo que para él debían
ser las esencias de la auténtica Derecha americana en
The Conservative Mind. Socio fundador de la mítica revista de derechas
National Review, fue nombrado 'Distingued Fellow' del think tank republicano más importante de EEUU: la
Heritage Foundation. A la luz de sus palabras, sus ideas y escritos podemos preguntarnos, ¿hasta dónde es capaz la derecha política norteamericana de repudiar a sus intelectuales? He aquí Russell Kirk:
Indudablemente Saddam Hussein es un ser injusto. Pero tanto como pueden serlo tantos inesperados líderes africanos, como los severos ideólogos que gobiernan China, los hombres duros del Kremlin, y muchas otras figuras públicas a lo largo del mundo. Podríamos preguntarnos por qué en comparación hay pocos hombres injustos en la política interna de Estados Unidos. Entonces, ¿vamos a bombardear toda África y media Asia en nombre de la honradez, la libertad y la democracia? Y, habiéndolo hecho, ¿seríamos capaces de asegurar que no surgirían de nuevo incluso personajes más injustos que los que hemos derrocado? Precisamente esto es lo que pasó en el Congo, recordad, hace décadas. Y hoy día en Zaire, antes llamado Congo belga, mantenemos sin problemas al dictador Mobutu con financiación americana, alguien mucho más sangriento que Saddam. ¿Y acaso hemos olvidado ya a Castro en Cuba?
Y sentenciaba sobre el auténtico espíritu, ideológico e histórico, republicano:
Los presidentes Woodrow Wilson, Lyndon Johnson y F. D. Roosevelt eran entusiastas de la dominación americana del mundo. Cuando los Republicanos, hace tiempo, designaron como candidato a un 'presidente para el Mundo', el candidato Wendell Willkie, fueron tristemente barridos. En general, los Republicanos a lo largo del siglo XX han sido los abogados de la prudencia y el refrenamiento en la conducta de los asuntos exteriores.
¿Hasta dónde la Derecha americana pretende suicidarse? ¿Hasta cuándo el auténtico conservadurismo americano va a soportar la traición de los neoconservadores? ¿Hasta qué punto la Derecha americana es capaz de negarse a sí misma, disolverse ideológicamente y arrastrarse a los postulados de la izquierda, el imperio, la conscripción, el intervencionismo masivo y la dominación, abandonando la prudencia gubernamental, el mercado pacífico y el republicanismo liberal?
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