El juez Andrew Napolitano recientemente se preguntaba: "¿Por qué deberían espiarnos los agentes gubernamentales? Ellos trabajan para nosotros. ¿Qué tal si nosotros les espiamos a ellos? A los policías cuando arrestan e interrogan a gente y contemplan anular libertades; a los fiscales cuando deciden a quién fiscalizar y qué evidencia usar; a los jueces cuando racionalizan lejos de nuestros derechos constitucionales; a los miembros del Congreso cuando se reúnen con lobbies, modifican la legislación o conspiran para asaltar nuestras libertades y nuestras carteras."
Para cualquier patriota americano, no hay nada radical en esta actitud. Así es como pensaban los Padres Fundadores. [..] Está mucho más en juego que las violaciones a la privacidad o registros inconstitucionales, siendo cuestiones peligrosas e importantes. Por ejemplo, el presidente ha dejado claro en una de sus afirmaciones que él mantiene el poder para decidir sobre la tortura aunque el Congreso se pronuncie en contra. El memorando del Departamento de Defensa dice lo mismo.
Una sociedad decente nunca admite o justifica la tortura. Deshumaniza tanto a la víctima como al torturador y genera una inteligencia poco fiable. La tortura por arrogantes tropas americanas ponen a todos los americanos en riesgo, especialmente a nuestros soldados en lugares peligrosos. [..]
La suspensión del habeas corpus ha sido otra consecuencia de la guerra contra el terror. El Acta de Comisiones Militares de 2006 da el poder al presidente de detener a gente indefinidamente negando al acusado la posibilidad de defenderse. Esto es profundamente antiamericano. Al menos el nombre da la sensación de que el acusado puede enfrentar su caso ante una comisión militar. No es el caso. Si el presidente le acusa de 'enemigo combatiente' tiene el poder para apresarlo para siempre. [..]
El caso de José Padilla fue especialmente vergonzante. Primero nos dijeron que Padilla estaba planeando una bomba radiológica en una ciudad americana. El gobierno, tras someterle a tortura, nunca acabó acusándole de estos cargos, que al final fueron mucho más vagos. En su lugar, Padilla fue acusado como 'enemigo combatiente', y fue enviado a prisión sin cargos contra él. La única razón por la que al final se esgrimieron cargos tres años y medio después es porque la administración estaba preocupada porque la Corte Suprema sentenciara contra ese procedimiento. La administración acudió a la Corte declarando que Padilla había recibido un proceso justo y que no tenía sentido su queja.
Durante aquellos tres años y medio que estuvo en custodia, Padilla sufrió diversas formas de tortura. Mantenido en confinamiento solitario, fue objeto de varias formas de privación del sueño. Se introdujeron vapores nocivos en su celda. Asimismo, su celda fue enfriada de modo extremo durante largos períodos de tiempo. Fue drogado, desorientado y fue amenazado con espantosos finales.
¡Es hora de despertar! Hemos permitido al presidente secuestrar a un ciudadano americano en suelo americano, declararle 'enemigo combatiente' (un cargo del que no pudo defenderse, esgrimido por el presidente en secreto y sin posibilidad de revisión), detenido indefinidamente, negado consejo legal y objeto de un tratamiento inhumano. ¿Cómo no vamos a preocuparnos por estas cosas? ¿Somos tan ciegos ante la propaganda para olvidar los principios básicos de América, las garantías legales que provienen hace al menos ocho siglos de nuestros antepasados británicos? Ésta es una vergonzante ofensa contra América y su Constitución. Decir que estos poderes sólo se usarán contra personas maleantes no tiene sentido.
En abril de 2006, el fotógrafo ganador del Premio Pulitzer Bilal Hussein fue detenido por el ejército americano en Irak, igual que otros 14.000 detenidos en similares circunstancias en el mundo por el gobierno americano. No fue acusado de crímenes, y el requerimiento de información por Associated Press fue denegado. Sin éxito, Associated Press exigió su liberación o que al menos se presentaran cargos.
Al final, a AP se le dijo que su fotógrafo estaba involucrado en el secuestro de dos periodistas en Ramadi; pero esta historia no tenía ni pies ni cabeza: los periodistas en cuestión declararon que Hussein de hecho les había ayudado en su huída, cuando ellos no tenían ni coche ni dinero. Esta historia no hizo sino confirmar la sospecha de Associated Press de que la auténtica razón es que su fotógrafo estaba tomando instantáneas de una zona de guerra, y esto molestó a los oficiales americanos.
¿Qué le está sucediendo a nuestro país y a su imagen a lo largo del mundo? ¿Y por qué lo estamos permitiendo, América?
Ron Paul, "THE REVOLUTION: A MANIFESTO"
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