El anticapitalismo francés pasa factura

Y la factura se nota en los yogures, el queso, el café... Lo dramático es que la escalada de precios en Francia es un 30% superior a la que registra Alemania. Francia está sufriendo de hecho el mayor incremento de precios de toda Europa. ¿El culpable? El intervencionismo sin duda. Sobre ello escribía hace unos días The Economist:

En muchos sitios, los hipermercados tienen monopolios locales de facto, tan altamente protegidos frente a la competencia que representan sólo el 13 % de los alimentos vendidos al por menor, frente al 30 % en Alemania. Tampoco los hipermercados pueden negociar libremente con proveedores, y los minoristas dicen que se permite a grandes marcas imponer altos precios.

Lo peor si cabe del asunto, como se reseña en el artículo, es que la mayoría de franceses está contra una ley liberalizadora del gobierno Sarkozy, y ello a pesar de que es tan tímida que ni toca los regulados sectores de farmacias, taxis o notarías. En tanto, se sigue prohibiendo a los supermercados vender medicamentos sin prescripción. Hasta el grupo de presión de farmacéuticos ha llevado a juicio al gigante de grandes superficies E.Leclerc por lanzar un anuncio donde aseguraba que las medicinas serían más baratas si se les permitiera distribuirlas. El propio Sarkozy defiende el status quo y la injuria a consumidores y enfermos, alegando la vieja pantochada y típica coartada fascistoide de que las farmacias "no son un negocio sino un servicio público".