La cruzada contra las drogas lleva camino de quedarse corta en comparación. Hace un par de meses podíamos leer posiblemente una de las noticias más escalofriantes de los últimos tiempos sobre el fascismo rampante de las autoridades públicas para restringir y aniquilar la libertad de los ciudadanos sobre lo que consumen. En Mississippi se prohibía servir comida rápida en determinados restaurantes a personas con sobrepeso.
Por desgracia, esta noticia no es algo aislado. Hace unas semanas, era Sarkozy quien iniciaba su particular cruzada antivicio aprobando en la Asamblea Francesa una ley según la cual, están leyendo bien, ¡es punible como crimen con cárcel de hasta 2 años y hasta 30.000 euros promover la delgadez extrema! Parece ser que a Sarkozy le va el rollo Zapatero, que impulsó la prohibición de desfilar en las pasarelas españolas a quien no cumpliera un índice de masa corporal determinado. Ciertamente, Sarkozy ha sido más zapateril que ZP. Lo mejor de esta noticia es que ha sido el Partido Comunista Francés quien mas se ha opuesto a esta medida porque "criminaliza el comportamiento pacífico". Bien por los comunistas, por una vez.
Para rematar este optimismo fascistoide, una parada esta semana en el estado americano de New Jersey, donde las autoridades estatales están considerando un nuevo impuesto sobre la comida rápida.
Ni muy gordos ni muy delgados. Las autoridades públicas van a conseguir el nuevo hombre, el nuevo Apolo sobre la faz de la tierra. Marchando un menú gigante.
viernes, mayo 02, 2008
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3 comentarios:
Francia es un esperpento de sí misma y Sarkozy un pelele con alardes napoleónicos.
Estos días es de lo que más se hablaba en las televisiones francesas, comentaristas, como aquí, buenos para nada, y supuestos nutricionistas de criterio discutible. Lo único llamativo, ver como señoras extremadamente delgadas pero glamurosas (las francesas son y deben ser así) abren bocadillos, desarman ensaladas, rebuscan con el tenedor haciendo un teatro informativo sobre lo sano y lo insano, sobre lo que debe y no debe llevar una salsa. Todo esto en programas tipo AR, o debates con cierta altura. Espeluznante, no tendrán nada mejor que hacer…
Saludos!
Hay que echarse a temblar cuando el Estado asume la función de terapeuta, ¿qué será lo próximo? Impedir el acceso de ciertas personas a tiendas de golosinas, obligar a los gordos en verano a acudir a campos de trabajo ...
Le tomo la idea para la próxima entrada de mi blog.
Me apunto a lo del menú gigante.
Lo que falta son más buenos ejemplos de rebelión cívica contra el totalitarismo, como lo son César Vidal o Cristina López Schlichting. Sólo ellos están en disposición de demostrar que lo verdaderamente importante son los valores, el amor a la Patria y a la Libertad.
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