El pasado 12 de mayo China sufrió uno de los más trágicos eventos sísmicos de los últimos tiempos. A día de hoy, se cuentan por varias decenas de miles los muertos a causa de dicho terremoto, con más de 300.000 heridos y más de 20.000 desparecidos. Uno de los grupos a los que más severamente ha castigado es a los niños, concretamente a los escolares, y más particularmente a los alumnos de la escuela de Xinjian, según reportaba el propio New York Times. Preguntándose Lew Rockwell acerca de estas muertes publicó el muy interesante artículo "Socialism and the chinese earthqueake", que ha tenido a bien traducir Larry Nieves de El Liberal Venezolano y que aquí parcialmente reproducimos.
Cuando los edificios colapsan después de un terremoto en cualquier parte del mundo, el primer instinto es presumir que la Madre Naturaleza es la culpable. El segundo es preguntarse por qué los edificios no fueron construidos tomando en cuenta el riesgo sísmico. El tercer paso es donde la gente realmente se equivoca. La gente culpa a los constructores por fallar en la observancia de los códigos de construcción y a los gobiernos por fallar en hacerlos cumplir.
Este es el estado de los comentarios en cuanto a la infernal situación en Dujiangyan, China, donde decenas de miles de personas han muerto —incluyendo miles de niños en al menos 7.000 salones de clases.
Un foco particular de atención ha sido la Escuela Primaria Xinjian, donde cientos de niños murieron. El padre de uno de esos niños le dijo al New York Times: este no es un desastre natural. Este no es un buen acero, no cumple con los estándares. Nos han robado nuestros hijos.
Ahora la gente está demandando que el gobierno local asuma la responsabilidad del caso. El problema es que estos edificios no cumplían con los estándares, pero la pregunta más fundamental es por qué no cumplían con los estándares. Esta no es meramente una cuestión de obediencia a las leyes, es un problema económico. La gente que construye edificios debe ser responsable por la integridad estructural de dichos edificios. Pero desde luego, la falta de responsabilidad es la característica más famosa de los gobiernos en todas partes, al contrario de lo que sucede con las empresas privadas.
China ha sufrido una revolución de la empresa privada en la última década y media, una revolución que ha transformado al país y que ha aumentad dramáticamente el nivel de vida de la población. Pero el sistema que construyó las escuelas que colapsaron está tan estancado en el pasado como el mismísimo sistema comunista chino. El gobierno ordena escuelas y las escuelas deben ser construidas. Punto.
¿Qué sucede si los recursos no están disponibles? ¿Qué sucede si los trabajadores carecen de las habilidades para completar el trabajo? ¿Qué sucede si la maquinaria necesaria para la construcción no funcionan correctamente o carecen de repuestos? ¿Qué sucede si las materias primas deberían ser distribuidas de manera diferente para satisfacer las necesidades de la gente? Bajo el socialismo, los problemas económicos no se enfrentan. Las escuelas deben aparecer. Así es como funciona el sistema.
Considere la escuela Xinjian, de cuatro pisos. El edificio se desmoronó por completo, incluso mientras el edificio de 10 pisos de un hotel cercano quedó completamente intacto por el terremoto. ¿Cuáles son los detalles detrás de la construcción en Xinjian?
De hecho, mucha gente se quejó y sospechaba que habrían problemas graves. Pero en lo que respecta al gobierno, el plan debía ser completado. La escuela existía y eso era todo lo que importaba.
Otro problema se presentó por la ausencia de cabillas de acero para reforzar el hormigón. Estas fueron agregadas de acuerdo al plan, pero las cabillas eran demasiado delgadas. Cuando estas fueron sometidas a la presión del temblor, se doblaron como sujetapapeles y el hormigón se desmoronó por todos lados.
Viendo las imágenes tomadas por los fotógrafos del New York Times uno se pregunta como es que el edificio fue capaz de mantenerse en pie desde el principio.
La conservación no es siempre algo bueno, ¿verdad? Pero, ¿dónde utilizar recursos y dónde y cómo conservarlos? Este es el problema esencial que el socialismo no puede resolver. ¿Y por qué? Porque, tal como Mises explicaba en 1920, la clave de la planificación económica racional son los precios. Y no cualesquiera precios, sino precios creados por el intercambio bajo un sistema de propiedad privada. Los precios de bienes de capital tales como el concreto y el acero son las herramientas mediante las cuales estos recursos son distribuidos. No es suficiente desear que algo exista. El proyecto en cuestión debe ser económicamente viable, lo cual significa que debe ser rentable o pagado de alguna forma.
Cuando los decretos de los burócratas gubernamentales reemplazan al sistema de precios, los resultados pueden parecer apenas presentables. Las escuelas existían. Los maestros daban clases. Los edificios se mantenían en pie. Pero vino el terremoto y la ilusión fue puesta al descubierto a costa de tantas vidas, vidas que fueron robadas por la planificación central socialista.
Nosotros tenemos escuelas públicas en los Estados Unidos, así que ¿por qué no enfrentamos el mismo problema? Una razón tiene que ver con la escasez relativa de materiales y de habilidades. Los edificios públicos en este país son islas de socialismo en un mar de libre empresa, de manera que los materiales y los trabajadores están a la disposición. Los planes de los burócratas centrales son más realizables simplemente porque hay vastas reservas de capital a la mano, aunque debemos recordar que cuando nuestros políticos hablan del "deplorable" estado de nuestras escuelas e infraestructura son ellos mismos los responsables de tal estado. El sector público ordenó construirlas y las construyó.
¿Y qué sucede con los códigos de construcción y su cumplimiento? Es un gran mito que tales códigos son responsables de alguna manera por la estabilidad de nuestros edificios. La empresa privada satisface la demanda por seguridad de la misma manera que satisface cualquier demanda de los consumidores. Su casa no se le viene encima no debido a los códigos de construcción, sino porque los constructores son responsables por los errores y porque hay competencia entre ellos para construir mejores edificios. Además, la empresa privada se regula a sí misma, con un vasto arreglo de códigos regulatorios que se hacen cumplir por sí mismos (Underwriters Laboratory es completamente privada, por ejemplo). ¿Entonces por qué existen los códigos gubernamentales? En la mayoría de los casos estos códigos son usados por compañías más grandes para poner barreras a la entrada de competencias por parte de compañías más pequeñas.
Pero nos alejamos demasiado del punto central. Los remanentes de la planificación central socialista mataron a los niños. Sí, es culpa del gobierno. Los sobrevivientes y sus familias están en lo cierto en este aspecto, pero ellos tienen otro enemigo al mismo tiempo. Es la mortal ideología que colocó al gobierno a cargo de la vida económica, la cual incluye la construcción de estructuras para alojar niños con motivos educativos. Pueden agregar la tragedia de la Escuela Primaria Xinjian a la lista de muertes causadas por el socialismo.
2 comentarios:
Gracias por ponernos a disposición la traducción del artículo.
En este caso parece evidente que muchas de las muertes fueron producidas por el socialismo, pero creo que tampoco habría que creer que los edificios construidos por el capitalismo son totalmente infalibles. Éstos también podrían desplomarse ante una catástrofe natural...
Un saludo ;)
This is fantastic!
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