Ayer mismo se hizo pública la concesión del Premio Príncipe de Asturias Cooperación Internacional al matrimonio Gates. Bill y Melinda Gates realizan importantes donaciones económicas para luchar contra enfermedades como el sida y la malaria. En los últimos años ha donado más de 10.000 millones de dólares a obras de caridad. La labor de la Fundación Bill y Melinda Gates destaca por el apoyo que presta a diferentes causas, como la aportación de 50 millones de dólares al Fondo Mundial de la Luchas contra el Sida y 750 millones de dólares a la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización, realizadas el año pasado. El fundador de Microsoft anunció la semana pasada en el Foro de Davos que triplicará su inversión en tuberculosis en la próxima década de 300 a 900 millones de dólares para apoyar el plan global de lucha contra esta enfermedad.
Con todo esto, la mayoría de los mortales piensa en el cerebro de Microsoft como el paradigma de la “solidaridad”, como el hombre “despegado del dinero” que, desconociendo cualquier signo de “egoísmo” salvaje y capitalista, da cuanto tiene a la “causa desinteresada” de los “pobres”.
Ahora bien, ¿es esta visión propia del imaginario colectivo la acertada? Pues yo creo que no.
En primer lugar, no debe entenderse como “solidaria” la actuación de los Gates, por cuanto de significación coactiva y falsaria tiene esta palabreja, tan amada por los burócratas y los buenistas se todo pelaje. Por el contrario, la palabra correcta debiera ser “caridad”, en tanto la decisión nace de la libertad y la voluntad privada de los donantes.
Y en segundo lugar, y por mal que suene, no puede decirse que el comportamiento del matrimonio filántropo esté desprovisto de una cierta dosis de “egoísmo”.
Es verdad que es esta una palabra maldita y arrojada constantemente por la izquierda contra las cabezas capitalistas, pero no por ello debemos dejar de defenderla y afirmar de forma clara y contundente que, en un sistema de libre mercado y Libertad, es el egoísmo el motor que todo lo mueve. Ha llovido mucho desde que Smith dijera aquello de que “no es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés”. Y así es (para el que quiera verlo).
Pero claro, si bien esto es de alguna manera evidente, muchos podrán preguntarse cuál es el interés capitalista –el egoísmo- de Bill Gates con estas obras de caridad. Bueno, pues la respuesta es sencilla: ganar “prestigio social”.
El interés no tiene por qué ser siempre el dinero que uno pueda ganar con determinada acción. Al menos de forma directa. Son varios los hospitales privados que compiten entre sí para ganar clientes rivalizando por ver quién tiene un mayor número de camas gratuitas para los necesitados o los supermercados que publican los productos destinados a los más pobres….
Por ello, es necesario despojar el egoísmo de ese pelaje mugriento y despiadado con el que la izquierda en particular y los enemigos de la libertad en general le han revestido durante tantos años.
Con todo esto, la mayoría de los mortales piensa en el cerebro de Microsoft como el paradigma de la “solidaridad”, como el hombre “despegado del dinero” que, desconociendo cualquier signo de “egoísmo” salvaje y capitalista, da cuanto tiene a la “causa desinteresada” de los “pobres”.
Ahora bien, ¿es esta visión propia del imaginario colectivo la acertada? Pues yo creo que no.
En primer lugar, no debe entenderse como “solidaria” la actuación de los Gates, por cuanto de significación coactiva y falsaria tiene esta palabreja, tan amada por los burócratas y los buenistas se todo pelaje. Por el contrario, la palabra correcta debiera ser “caridad”, en tanto la decisión nace de la libertad y la voluntad privada de los donantes.
Y en segundo lugar, y por mal que suene, no puede decirse que el comportamiento del matrimonio filántropo esté desprovisto de una cierta dosis de “egoísmo”.
Es verdad que es esta una palabra maldita y arrojada constantemente por la izquierda contra las cabezas capitalistas, pero no por ello debemos dejar de defenderla y afirmar de forma clara y contundente que, en un sistema de libre mercado y Libertad, es el egoísmo el motor que todo lo mueve. Ha llovido mucho desde que Smith dijera aquello de que “no es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés”. Y así es (para el que quiera verlo).
Pero claro, si bien esto es de alguna manera evidente, muchos podrán preguntarse cuál es el interés capitalista –el egoísmo- de Bill Gates con estas obras de caridad. Bueno, pues la respuesta es sencilla: ganar “prestigio social”.
El interés no tiene por qué ser siempre el dinero que uno pueda ganar con determinada acción. Al menos de forma directa. Son varios los hospitales privados que compiten entre sí para ganar clientes rivalizando por ver quién tiene un mayor número de camas gratuitas para los necesitados o los supermercados que publican los productos destinados a los más pobres….
Por ello, es necesario despojar el egoísmo de ese pelaje mugriento y despiadado con el que la izquierda en particular y los enemigos de la libertad en general le han revestido durante tantos años.
Ah! Se me olvidaba... ¡Felicidades, pareja, por el premio!
5 comentarios:
Creo que este reconocimiento quiere decir que sólo son premiados los que dan dinero. ¿Y los que no tienen un duro pero ayudan a necesitados con su voluntad(voluntarios, etc...)?
Tener dinero y dar parte no es egoismo... aunque también tenga sus compensaciones para el ego... no es "totalmente egoista"... en el fondo hacer el bien también es egoista: "llena de satisfacción". Pero... sin dinero se puede hacer algo? Se pueden tener camas gratuitas en hospitales? se pueden dar becas a estudiantes con necesidades?. Bienvenido ese egoista... y eso que, en otras cosas no es de mi devoción... pero con gentes como él todavía hay esperanza de que no acaben venciendo siempre los mediocres... por ejemplo Zp
¡Qué cosas! Nos quejamos por todo. Si no dan dinero, porque lo dan; y si lo dan, porque sí lo dan. ¿Qué tienen que hacer estos señores para poder vivir sin críticas? Seamos agradecidos. Tal vez no siempre den con un corazón totalmente generoso y altruista, pero pero hacemos nosotros, si no somos agradecidos.
¡Qué cosas! Nos quejamos por todo. Si no dan dinero, porque no lo dan; y si lo dan, porque sí lo dan. ¿Qué tienen que hacer estos señores para poder vivir sin críticas? Seamos agradecidos. Tal vez no siempre den con un corazón totalmente generoso y altruista, pero peor hacemos nosotros, si no somos agradecidos.
Publicar un comentario