Resulta que don Rodrigo Rato, flamante director gerente del FMI, ha encontrado tiempo para ponerse a representar una de las mejores obras teatrales españolas del S. XX: La venganza de don Mendo, obra emblemática del humor de nuestros genios patrios, don Pedro Muñoz Seca en este caso.
La última representación que se organizó en España resultó un auténtico éxito, con un montaje espectacular protagonizado por Raúl Sender, con decorados de Antonio Mingote y guión depurado por la pluma sagaz de Alfonso Ussía, nieto del ilustre autor y heredero máximo de la coña marinera del abuelo.
En esta ocasión, sólo se representarán dos funciones de pago en el renovado Teatro Tívoli de Washington que, sin duda, resultarán ser un gran espectáculo. Aunque sólo sea por ver vestido de Rey Alfonso VII a don Rodrigo, del que cuentan que ha acudido a varios ensayos embutido en su elegante smoking, que es ya casi su traje de faena en los saraos de la cosa, y que además se lo toma con sumo interés. La pena es que su papel no sea el del propio don Mendo. Siendo él el español que más alto ha subido, el hombre que todo lo observa desde la cumbre, no estaría mal que recitase aquello de:
"Nadie iguala/ mi destreza en el trepar/ para una torre invadir./ Excusaos de preguntar:/ yo la eché para bajar/ no la eché para subir/. Por las grietas del torreón/ trepé cual una raposa,/ que eso en mí, Conde, no es cosa/ que llame ya la atención;/ pero como en el descenso/ suele más peligro haber,/ y yo cuando subo, pienso/ que tengo que descender/ llevo siempre a previsión/ una escala de garduño/, y esa es la escala, don Nuño/ que pende del torreón."
En fin, que esperemos que don Rodrigo sea tan precabido como don Mendo, que lo es sin duda, y que tenga mejor suerte que la de este al final de la comedia.
La última representación que se organizó en España resultó un auténtico éxito, con un montaje espectacular protagonizado por Raúl Sender, con decorados de Antonio Mingote y guión depurado por la pluma sagaz de Alfonso Ussía, nieto del ilustre autor y heredero máximo de la coña marinera del abuelo.
En esta ocasión, sólo se representarán dos funciones de pago en el renovado Teatro Tívoli de Washington que, sin duda, resultarán ser un gran espectáculo. Aunque sólo sea por ver vestido de Rey Alfonso VII a don Rodrigo, del que cuentan que ha acudido a varios ensayos embutido en su elegante smoking, que es ya casi su traje de faena en los saraos de la cosa, y que además se lo toma con sumo interés. La pena es que su papel no sea el del propio don Mendo. Siendo él el español que más alto ha subido, el hombre que todo lo observa desde la cumbre, no estaría mal que recitase aquello de:
"Nadie iguala/ mi destreza en el trepar/ para una torre invadir./ Excusaos de preguntar:/ yo la eché para bajar/ no la eché para subir/. Por las grietas del torreón/ trepé cual una raposa,/ que eso en mí, Conde, no es cosa/ que llame ya la atención;/ pero como en el descenso/ suele más peligro haber,/ y yo cuando subo, pienso/ que tengo que descender/ llevo siempre a previsión/ una escala de garduño/, y esa es la escala, don Nuño/ que pende del torreón."
En fin, que esperemos que don Rodrigo sea tan precabido como don Mendo, que lo es sin duda, y que tenga mejor suerte que la de este al final de la comedia.
1 comentario:
No estaría nada mal verle, sí señor.
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