Hace unos días, Alto Comisionado posteó acerca del movimiento liberal venezolano Rumbo Propio, encargados de llevar a cabo una propuesta de Estatuto Autonómico para la región de Zulia de contenido liberal.
Pues bien, a través de nuestro compañero Alto Comisionado (zuliano) hemos conseguido llegar al Vicepresidente del movimiento y Presidente de la Conferencia Liberal Hispanoamericana, Alberto Mansueti, que a tenido a bien concedernos esta entrevista que os ofrecemos en 2 partes, debido a su extensión, en la que ha participado también de manera importante nuestro compañero Libertarian.
Pues bien, a través de nuestro compañero Alto Comisionado (zuliano) hemos conseguido llegar al Vicepresidente del movimiento y Presidente de la Conferencia Liberal Hispanoamericana, Alberto Mansueti, que a tenido a bien concedernos esta entrevista que os ofrecemos en 2 partes, debido a su extensión, en la que ha participado también de manera importante nuestro compañero Libertarian.
"EL LIBERALISMO EN SU HORA MENGUADA"
Venezuela esta sumergida en un gran crisis política, social y económica producto del Chavismo y de los gobiernos de los partidos de la ahora Vieja Oposición – Socialdemócratas y social cristianos-. Resumidamente ¿Cuál es vuestra propuesto para salir de la crisis?
Gobiernos limitados, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado. Esa es la meta. ¿Cómo llegamos? Por la salida: desestatización. No hay otra. ¿Y cómo se desestatiza? Derogando o decretando la inaplicación inmediata de todas las normas constitucionales y subconstitucionales que consagran el estatismo. ¿Y cuál es el camino, la vía hacia la salida, desde el estatismo de hoy? Reforma constitucional en las naciones, o Estatuto autonómico en las regiones. No hay otra.
-Desestatización es desregular, primeramente. Acabar con los Reglamentos, con toda esa retahíla sin fin de “leyes” del trabajo, de la educación, de la cultura, de la agricultura, de la salud, del transporte, del comercio, del ambiente, de la mujer, del niño, de la radiodifusión, de la televisión, de bancos, de seguros, de mercado de capitales, de esto, de lo otro … Todo eso que Hayek llamaba “legislación” por oposición a “Ley”. Esas “leyes” son la encarnación concreta y empírica del estatismo, y la desestatización consiste en derogarlas en el país, o en declararlas inaplicables en la región, como hace el Estatuto del Zulia. Para volver a regirnos por las antiguas y más saludables normas de los viejos Códigos Civil, Comercial, Penal y de Procedimientos, aplicables por los jueces ordinarios.
Y privatizaciones populares, en segundo lugar, distribuyendo acciones de las empresas estatales. Para que la gente cobre dividendos -si hay utilidades- y vote para los Directorios.
Y poner al Estado en su lugar, en tercer lugar. No hay otra salida. Pero tiene que haber un partido político que la enseñe y la explique. Para eso es Rumbo Propio en el Zulia, Venezuela. Y la Conferencia Liberal Hispanoamericana.
Se muestra reacio a una confianza absoluta en la sociedad civil y cree necesario canalizar cierta acción a través de un partido político. Entonces, ustedes proponen un buen y gran partido político, precisamente lo que estamos cansados de escuchar los liberales y libertarios. ¿Esta preparada la sociedad zuliana para tener un proyecto tal envergadura como el que promulgáis, ya que sólo conocen gobiernos contrarios a la Libertad?
Trabajé yo muchos años en la industria de las encuestas. Y descubrí algo: que la gente común es de derechas, si bien de una manera instintiva, iletrada e inconciente. Porque en su mayoría es gente de propiedad privada, de familia, y de libertad de trabajo y movimientos, y de libre contratación, y hasta de libre pensamiento (en un sentido silvestre). En cambio los profesionales, intelectuales y políticos tienden a la izquierda, mas no así el resto de la sociedad.
Pero entonces ¿qué pasa con “el resto de la sociedad”? ¿Por qué no se expresa? Es que no se expresa, en primer lugar porque está muy ocupada trabajando, estudiando una profesión, cocinando o lavando ropa, haciéndose cortar el pelo (o cortándolo a otras personas), tejiendo negocios, viviendo su vida privada familiar (o de Iglesia); o simplemente ganándose la vida, algo cada vez más difícil por cierto. Y no está atendiendo a lo que dicen los entrevistados en los programas de opinión de la radio o la TV, ni leyendo esos sesudos artículos y editoriales de la prensa (ni mucho menos escribiéndolos, claro está.) Es la “mayoría silenciosa”, para emplear una expresión nixoniana. Y no se expresa, en segundo lugar, porque no tiene un partido que la exprese.
¿Sabe qué es Rumbo Propio? Es el partido para expresarla, a toda esa gente. Al menos, eso queremos. Para toda esa gente corriente zuliana, el Estatuto del Zulia que proyectamos, traza un nuevo límite entre las esferas pública y privada. Considera que “toda carta Constitucional es un Tratado de límites entre la Sociedad de un país y su Estado, vale decir, de separación entre las esferas privada y pública.” Y en su art. 7 de la Primera Parte el Estatuto traza esos límites en lo político, en lo económico y social, de la siguiente manera:
En el orden político, dice que sólo los Poderes del Estado, y el Gobierno, así como la Oposición al mismo, corresponden a la esfera pública; y el resto de la realidad política pertenece a la esfera privada de la política: los partidos, y asociaciones, grupos y corrientes de opinión en tanto hacen vida política.
En el orden económico, establece que a la esfera pública de la economía corresponde sólo la Hacienda Pública: los gastos del Estado para cumplir sus funciones propias naturales, y los impuestos colectados para sostenerlas, así como los títulos de la deuda estatal; y todo lo demás -negocios, empresas, mercados, etc.- pertenece a la esfera privada de la vida económica, incluso la moneda.
Y dispone nuestro Estatuto que el orden espiritual, ético y cultural es en principio vedado a la acción del Estado, y casi enteramente concerniente a la esfera privada, y libre de las interferencias de las autoridades, salvo en los crímenes manifiestos y patentes. Explica que se trata aquí de las personas y sus familias, su educación, vida física e intelectual, información, atención médica y cuidado moral, y asociaciones relacionadas, entre otras, con las siguientes realidades privadas: deportes, ciencia y tecnología, recreación, arte y cultura, religión. Y en este orden de la realidad social, de la esfera pública es solamente lo relativo a la moralidad en la administración estatal, y la justicia en las decisiones de los magistrados.
Por supuesto que si estos principios han de ser impulsados, explicados y adoptados por la sociedad, y conservados luego de su adopción, debe haber un partido político identificado con ellos. ¿Cómo va a ser de otra manera? De otro modo, ¿cómo tendremos Gobierno limitado? ¿cómo salimos del estatismo? Para estas preguntas no tienen respuesta todos esos “libertarios” rothbardianos, y esos “randianos” que no han leído de la Rand “Por qué no soy libertaria.” Tampoco han leído a Mises cuando escribe “Gobierno fuerte pero limitado”. Para ellos hablar de “Gobierno liberal” es contradicción, como de “Gobierno limitado” y “partido liberal”. Esas expresiones no son contradictorias sino paradójicas. No captan la diferencia entre una contradicción y una paradoja, por eso están en problemas: no ven la salida. (Una paradoja es una contradicción sólo aparente.)
Venezuela esta sumergida en un gran crisis política, social y económica producto del Chavismo y de los gobiernos de los partidos de la ahora Vieja Oposición – Socialdemócratas y social cristianos-. Resumidamente ¿Cuál es vuestra propuesto para salir de la crisis?
Gobiernos limitados, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado. Esa es la meta. ¿Cómo llegamos? Por la salida: desestatización. No hay otra. ¿Y cómo se desestatiza? Derogando o decretando la inaplicación inmediata de todas las normas constitucionales y subconstitucionales que consagran el estatismo. ¿Y cuál es el camino, la vía hacia la salida, desde el estatismo de hoy? Reforma constitucional en las naciones, o Estatuto autonómico en las regiones. No hay otra.
-Desestatización es desregular, primeramente. Acabar con los Reglamentos, con toda esa retahíla sin fin de “leyes” del trabajo, de la educación, de la cultura, de la agricultura, de la salud, del transporte, del comercio, del ambiente, de la mujer, del niño, de la radiodifusión, de la televisión, de bancos, de seguros, de mercado de capitales, de esto, de lo otro … Todo eso que Hayek llamaba “legislación” por oposición a “Ley”. Esas “leyes” son la encarnación concreta y empírica del estatismo, y la desestatización consiste en derogarlas en el país, o en declararlas inaplicables en la región, como hace el Estatuto del Zulia. Para volver a regirnos por las antiguas y más saludables normas de los viejos Códigos Civil, Comercial, Penal y de Procedimientos, aplicables por los jueces ordinarios.
Y privatizaciones populares, en segundo lugar, distribuyendo acciones de las empresas estatales. Para que la gente cobre dividendos -si hay utilidades- y vote para los Directorios.
Y poner al Estado en su lugar, en tercer lugar. No hay otra salida. Pero tiene que haber un partido político que la enseñe y la explique. Para eso es Rumbo Propio en el Zulia, Venezuela. Y la Conferencia Liberal Hispanoamericana.
Se muestra reacio a una confianza absoluta en la sociedad civil y cree necesario canalizar cierta acción a través de un partido político. Entonces, ustedes proponen un buen y gran partido político, precisamente lo que estamos cansados de escuchar los liberales y libertarios. ¿Esta preparada la sociedad zuliana para tener un proyecto tal envergadura como el que promulgáis, ya que sólo conocen gobiernos contrarios a la Libertad?
Trabajé yo muchos años en la industria de las encuestas. Y descubrí algo: que la gente común es de derechas, si bien de una manera instintiva, iletrada e inconciente. Porque en su mayoría es gente de propiedad privada, de familia, y de libertad de trabajo y movimientos, y de libre contratación, y hasta de libre pensamiento (en un sentido silvestre). En cambio los profesionales, intelectuales y políticos tienden a la izquierda, mas no así el resto de la sociedad.
Pero entonces ¿qué pasa con “el resto de la sociedad”? ¿Por qué no se expresa? Es que no se expresa, en primer lugar porque está muy ocupada trabajando, estudiando una profesión, cocinando o lavando ropa, haciéndose cortar el pelo (o cortándolo a otras personas), tejiendo negocios, viviendo su vida privada familiar (o de Iglesia); o simplemente ganándose la vida, algo cada vez más difícil por cierto. Y no está atendiendo a lo que dicen los entrevistados en los programas de opinión de la radio o la TV, ni leyendo esos sesudos artículos y editoriales de la prensa (ni mucho menos escribiéndolos, claro está.) Es la “mayoría silenciosa”, para emplear una expresión nixoniana. Y no se expresa, en segundo lugar, porque no tiene un partido que la exprese.
¿Sabe qué es Rumbo Propio? Es el partido para expresarla, a toda esa gente. Al menos, eso queremos. Para toda esa gente corriente zuliana, el Estatuto del Zulia que proyectamos, traza un nuevo límite entre las esferas pública y privada. Considera que “toda carta Constitucional es un Tratado de límites entre la Sociedad de un país y su Estado, vale decir, de separación entre las esferas privada y pública.” Y en su art. 7 de la Primera Parte el Estatuto traza esos límites en lo político, en lo económico y social, de la siguiente manera:
En el orden político, dice que sólo los Poderes del Estado, y el Gobierno, así como la Oposición al mismo, corresponden a la esfera pública; y el resto de la realidad política pertenece a la esfera privada de la política: los partidos, y asociaciones, grupos y corrientes de opinión en tanto hacen vida política.
En el orden económico, establece que a la esfera pública de la economía corresponde sólo la Hacienda Pública: los gastos del Estado para cumplir sus funciones propias naturales, y los impuestos colectados para sostenerlas, así como los títulos de la deuda estatal; y todo lo demás -negocios, empresas, mercados, etc.- pertenece a la esfera privada de la vida económica, incluso la moneda.
Y dispone nuestro Estatuto que el orden espiritual, ético y cultural es en principio vedado a la acción del Estado, y casi enteramente concerniente a la esfera privada, y libre de las interferencias de las autoridades, salvo en los crímenes manifiestos y patentes. Explica que se trata aquí de las personas y sus familias, su educación, vida física e intelectual, información, atención médica y cuidado moral, y asociaciones relacionadas, entre otras, con las siguientes realidades privadas: deportes, ciencia y tecnología, recreación, arte y cultura, religión. Y en este orden de la realidad social, de la esfera pública es solamente lo relativo a la moralidad en la administración estatal, y la justicia en las decisiones de los magistrados.
Por supuesto que si estos principios han de ser impulsados, explicados y adoptados por la sociedad, y conservados luego de su adopción, debe haber un partido político identificado con ellos. ¿Cómo va a ser de otra manera? De otro modo, ¿cómo tendremos Gobierno limitado? ¿cómo salimos del estatismo? Para estas preguntas no tienen respuesta todos esos “libertarios” rothbardianos, y esos “randianos” que no han leído de la Rand “Por qué no soy libertaria.” Tampoco han leído a Mises cuando escribe “Gobierno fuerte pero limitado”. Para ellos hablar de “Gobierno liberal” es contradicción, como de “Gobierno limitado” y “partido liberal”. Esas expresiones no son contradictorias sino paradójicas. No captan la diferencia entre una contradicción y una paradoja, por eso están en problemas: no ven la salida. (Una paradoja es una contradicción sólo aparente.)
Usted se define autonomista pero no independentista. Siendo sus principios de raíz individualista, ¿qué diferencia real considera que hay entre ambos conceptos?
No es lo mismo. Rumbo Propio quiere autonomía para el Zulia, mediante un Estatuto que le permita funcionar como sociedad capitalista, sin separarle de Venezuela. Independencia es separación o secesión. En cambio, autonomía es autogobierno bajo normas propias, proponemos que las normas típicas del sistema de libre mercado.
El Proyecto Estatuto del Zulia es redactado por una comisión multidisciplinaria de liberales de diferentes naciones hispanoamericanas y EEUU. Tiene una Primera Parte que se titula “Considerandos y fundamentos”. El Art. 1. declara que el Zulia es país, pueblo, nación y patria. Y considera lo siguiente: “País es una cierta y determinada zona o región geográfica; nación es el pueblo constituido por todas las personas nacidas en un mismo país y las familias por ellas establecidas; y patria es la nación de sus padres. Entonces el Zulia es país, pueblo, nación y patria, inseparablemente unida e integrada a Venezuela.”
El Art. 2. dice que el Zulia es un Estado. Y considera que “Estado es una nación conviviendo bajo un orden jurídico, y contribuyendo con sus impuestos al cumplimiento de funciones estatales en un sistema de autoridad y controles. Entonces el Zulia es un Estado dentro de Venezuela.”
Permítanme citar ahora el Art. 3 -el más importante de esta Primera Parte-, titulado “Autodeterminación y Sistemas sociales y de Gobierno”. Este artículo dice textualmente: “Considerando que según el principio de Autodeterminación de los Pueblos, éstos son libres para escoger y adoptar el sistema social y de Gobierno de su preferencia -libertad ésta llamada Soberanía-; y considerando además que el respeto a la realidad es la mejor filosofía, y siendo por evidencia objetiva y razón suficiente la Libre Empresa el mejor Sistema de Gobierno, Economía y convivencia social, y el que más conviene al progreso, bienestar y libertad de los pueblos en justicia, orden, paz y armonía, entonces el pueblo del Zulia soberanamente escoge el Sistema de Libre Empresa como propio, y adopta sus principios y normas como suyos.”
Estos términos son suficientemente claros, ¿no?
No es lo mismo. Rumbo Propio quiere autonomía para el Zulia, mediante un Estatuto que le permita funcionar como sociedad capitalista, sin separarle de Venezuela. Independencia es separación o secesión. En cambio, autonomía es autogobierno bajo normas propias, proponemos que las normas típicas del sistema de libre mercado.
El Proyecto Estatuto del Zulia es redactado por una comisión multidisciplinaria de liberales de diferentes naciones hispanoamericanas y EEUU. Tiene una Primera Parte que se titula “Considerandos y fundamentos”. El Art. 1. declara que el Zulia es país, pueblo, nación y patria. Y considera lo siguiente: “País es una cierta y determinada zona o región geográfica; nación es el pueblo constituido por todas las personas nacidas en un mismo país y las familias por ellas establecidas; y patria es la nación de sus padres. Entonces el Zulia es país, pueblo, nación y patria, inseparablemente unida e integrada a Venezuela.”
El Art. 2. dice que el Zulia es un Estado. Y considera que “Estado es una nación conviviendo bajo un orden jurídico, y contribuyendo con sus impuestos al cumplimiento de funciones estatales en un sistema de autoridad y controles. Entonces el Zulia es un Estado dentro de Venezuela.”
Permítanme citar ahora el Art. 3 -el más importante de esta Primera Parte-, titulado “Autodeterminación y Sistemas sociales y de Gobierno”. Este artículo dice textualmente: “Considerando que según el principio de Autodeterminación de los Pueblos, éstos son libres para escoger y adoptar el sistema social y de Gobierno de su preferencia -libertad ésta llamada Soberanía-; y considerando además que el respeto a la realidad es la mejor filosofía, y siendo por evidencia objetiva y razón suficiente la Libre Empresa el mejor Sistema de Gobierno, Economía y convivencia social, y el que más conviene al progreso, bienestar y libertad de los pueblos en justicia, orden, paz y armonía, entonces el pueblo del Zulia soberanamente escoge el Sistema de Libre Empresa como propio, y adopta sus principios y normas como suyos.”
Estos términos son suficientemente claros, ¿no?
¿Cuál es en realidad el modelo económico y social que imperó en Latinoamérica en los '90 y que algunos toman como epítome de las desventuras del liberalismo?
Al no haber partidos liberales, todas las reformas de los ’90 fueron promovidas por líderes surgidos de partidos populistas como el peronismo argentino, el PRI mexicano, o Acción Democrática en Venezuela. Socialistas o bien social-mercantilistas. Por eso, más que “neo” liberales las reformas de los ’90 son neo mercantilistas.
El economista Néstor Suárez -Presidente de Rumbo Propio- explica muy bien el fracaso del “neo” liberalismo. En los ’90 el Estado no redujo drásticamente sus funciones, al contrario. Este fue un error de concepto, el más grave. Quiso el Estado seguir como educador, médico y odontólogo, promotor deportivo, científico y cultural, y ductor general de la sociedad. Y en lo económico, el Estado apenas aceptó cambiar en algunos casos su rol de propietario de empresas por el de gerente y director general. Como consecuencia, no aceptó reducir sus competencias, poderes y prerrogativas, ni su tamaño. Ni la cuantía de su personal, al que sólo asignó otras funciones, a veces más exigentes.
En materia de relaciones económicas internacionales, en los ’90, el viejo modelo cepalista de sacrificar el Estado a todo sector exportador en pro de los productores para el mercado interno, se cambió por el opuesto: sacrificar el Estado a todo productor para el mercado interno, en pro de cualquier sector exportador ... Pero siempre el Estado dirigente. Cambiaron los objetivos de la planificación económica, pero esta permaneció. Cambiaron los sectores “protegidos”, pero el “proteccionismo” siguió en pie.
En resumen, concluye Suárez: los cambios fueron pocos y mal concebidos. Hubo beneficiarios, pero muy pocos. El resto siguió tan pobre como antes o más. Lo cual generó malestar y descontento en sectores masivos de la población. La Nueva Izquierda simplemente recoge ese malestar y descontento.
Al no haber partidos liberales, todas las reformas de los ’90 fueron promovidas por líderes surgidos de partidos populistas como el peronismo argentino, el PRI mexicano, o Acción Democrática en Venezuela. Socialistas o bien social-mercantilistas. Por eso, más que “neo” liberales las reformas de los ’90 son neo mercantilistas.
El economista Néstor Suárez -Presidente de Rumbo Propio- explica muy bien el fracaso del “neo” liberalismo. En los ’90 el Estado no redujo drásticamente sus funciones, al contrario. Este fue un error de concepto, el más grave. Quiso el Estado seguir como educador, médico y odontólogo, promotor deportivo, científico y cultural, y ductor general de la sociedad. Y en lo económico, el Estado apenas aceptó cambiar en algunos casos su rol de propietario de empresas por el de gerente y director general. Como consecuencia, no aceptó reducir sus competencias, poderes y prerrogativas, ni su tamaño. Ni la cuantía de su personal, al que sólo asignó otras funciones, a veces más exigentes.
En materia de relaciones económicas internacionales, en los ’90, el viejo modelo cepalista de sacrificar el Estado a todo sector exportador en pro de los productores para el mercado interno, se cambió por el opuesto: sacrificar el Estado a todo productor para el mercado interno, en pro de cualquier sector exportador ... Pero siempre el Estado dirigente. Cambiaron los objetivos de la planificación económica, pero esta permaneció. Cambiaron los sectores “protegidos”, pero el “proteccionismo” siguió en pie.
En resumen, concluye Suárez: los cambios fueron pocos y mal concebidos. Hubo beneficiarios, pero muy pocos. El resto siguió tan pobre como antes o más. Lo cual generó malestar y descontento en sectores masivos de la población. La Nueva Izquierda simplemente recoge ese malestar y descontento.
5 comentarios:
Enhorabuena por la entrevista :)
Pues parece una oferta atractiva para Venezuela. Quizá sirva de punta de lanza para meter el liberalismo en el continente.
Espero con atención el resto de la entrevista.
Un saludo
Muy interesante. Habrá que seguir su trabajo de cerca.
¿En que mundo viven ustedes?
Esto es metafisicamente imposible,...
Y como vais a logra que chavez acepte, lo llevais muy chungo!!!
Hey, ya podeis poner el resto de la entrevista que la estoy esperando.
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