Bailan las etiquetas: conservador, liberal, demócrata cristiano, centrista... No sólo en el PP, por cierto. También los socialistas amenazan con una fundación «ad hoc» para hablar de sociedad decente, republicanismo cívico, gobernanza multinivel o desarrollo sostenible. Palabras con muchas sílabas para ocupar el espacio sin precisar el contenido. Nuestros políticos han descubierto un juguete divertido, tal vez más peligroso de lo que aparenta. Estos conceptos son por definición ambiguos y polisémicos. No viven en un laboratorio aséptico ni pretenden ser descriptivos: llamarse «liberal» no es lo mismo que decir «hipotenusa». [..]
¿Cuántas veces, estos días, la misma pregunta? ¿Qué es ser liberal? El profesor no sabe por donde empezar. Ante todo, las palabras en política sólo significan algo en un contexto determinado. [..] Liberal sirve para todos: desde John Rawls y muchos otros progresistas americanos hasta Haider y su formación «ultra» en Austria, con feudo propio en Carintia, o el partido «liberal-democrático», nada menos, del inefable Zhirinovski en Rusia. Que no sonrían los socialistas: la ultra-derecha en Noruega se agrupa en torno al partido del «progreso» y la ultra-izquierda en Holanda, residuo de los viejos «provos» con gotas de maoísmo, adopta el nombre de socialista. No hace falta recordar que el término socialismo formaba parte de la nomenclatura oficial del partido nazi y que en la época de Stalin el objetivo era implantar el socialismo «real». Si nos vamos a democracia (o demócrata, o democrático) la pluralidad de significados resulta ya insoportable. Si hablamos de federal, unos piensan en centralismo y otros en ruptura de la unidad nacional. Así pues, la Teoría Política es una ciencia imposible, donde sólo una dosis notable de prudencia permite aprobar con cierta holgura un examen sobre conceptos inaprensibles. [..]
Claro que podemos dar la batalla de las ideas porque tenemos a los mejores. Lamento abusar de su paciencia con otra lista de nombres: Locke, liberal genuino; Burke, conservador inteligente; Tocqueville, aristócrata genial; Stuart Mill, utilitarista de nación... Ya en el siglo XX, Aron, resistente contra los totalitarios; Hayek, la moral del mercado libre; Berlin, la elegancia irrefutable; Nozick, capaz de arrebatar a la izquierda hasta el contrato social... También hay españoles, muchos y buenos, aunque los tópicos digan lo contrario. ¿Cómo no vamos a ganar la batalla de las ideas?
Sí, pero no olvide usted la pregunta reiterada: ¿qué es ser liberal? Vamos con las señas de identidad. A día de hoy, significa adoptar criterios de centro-derecha, esto es, moderación sin extremismo; preferencia del orden espontáneo sobre la ineficacia estatal; confianza en los individuos libres e iguales y desprecio de la tribu y sus discursos identitarios; tolerancia y respeto hacia el adversario; buen estilo en las formas y austeridad en los contenidos; creencia en el valor moral de la libertad y el imperio de la ley; escepticismo sobre los dogmas que quieren «obligarnos a ser libres». Piense el lector si cumple estos requisitos. De lo contrario, debería reflexionar. No obstante, puede quedarse tranquilo: tampoco son liberales unos cuantos que dicen serlo. ¿Hay algún libro recomendable? Cuidado con los títulos envenenados. Dos obras bajo el rótulo «liberalismo» pueden decir con toda naturalidad cosas contradictorias. Comparen a David Boaz, recién editado por FAES, con John Gray, publicado hace mucho por Alianza. El primero es liberal de verdad; el otro utiliza en vano ese nombre prestigioso, como es frecuente por lo demás en los Estados Unidos. Allí, como saben, llaman liberales a los socialdemócratas
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6 comentarios:
Cuidado. John Gray desvaría un tanto desde hace ya varios años. Pero fue un gran hayekiano (incluso en su polémica obra "Falso Amanecer" destila influencias del maestro) y tildarle de "liberal americano" utilizando su librito "Liberalismo" sí que es pasarse de frenada. Quizás debería releerselo el Sr. Pendás.
Lo que sí es digno de análisis, por otra parte, es el platanal en que se ha convertido la LSE...
P.D. Joé con la verificación de la palabra antispam. Cada comentario tengo que escribirla varias veces porque no hay quien vea las letras bien.
El artículo me parece de una burricie sonrojante. Los términos no son polisémicos por definición, como cualquiera que sepa al menos dos idiomas sabe (¿le suena a Benigno la expresión false cognates?). Por otra parte, la confusión proviene de la manipulación partidista e interesada de los conceptos. Chico, si te interesa la Ciencia Política deja a Benigno y pásate a Sartori.
Interesante puntualización, salmantino. Es un rollo lo de la clave esa, sí.
Jaja, bueno libertymad, yo estudié Ccias Políticas más que nada, también por eso lo decía. A Sartori le he leído por suerte bastante y me gusta, con excepciones, como sus libros "La Tierra Explota" (malthusianismo duro) y "Homo videns" (censuremos un poco la televisión por el bien de la sociedad es el mensaje que me queda realmente). No obstante me gustan bastante su libro último de la Democracia y "La sociedad multiétnica".
Y por cierto, es muy recomendable leer el libro que cita Pendás de David Boaz, vicepresidente de Cato. 'Liberalismo', editado por Gota a Gota. De las mejores condensaciones del pensamiento liberal.
Que piensa la Asocianon Liberal Ude con respecto al premio Milton Friedman al dirigente estudiantil Progre de Yon Goicochea? Cren que una persona que no tenga la mas puta idea de lo que es liberalismo reciva este premio? Me gustaria saber que piensan al respeto.
Yo la verdad no conozco apenas de este tal Goicoechea, básicamente porque no vivo en Venezuela ni conozco demasiado las vicisitudes de la oposición. El otro día Alberto Mansueti, de Rumbo Propio, nos contó eso de Goicoechea.
Hombre si el chico es socialdemócrata pues es mejor que Chávez sin duda. Lo cual no quita que personalmente me parece que no se merece un premio que se llame Milton Friedman y que otorgue Cato Institute. Es lo que pienso.
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