RED LIBERAL

Aquí huele mal, aquí no hay quien viva, aquí ya se ha dicho todo, aquí hay tontos de todos los colores, aquí sobra gente, aquí sobro yo, aquí sobra nadie, aquí crecen altares con espinas, aquí zumban las balas, aquí faltan paredes, aquí RedLiberal. Qué asco. Qué vergüenza. Qué cantidad de idiotas. Qué honrosas excepciones. Qué tan excepcionales. Qué tan coger con pinzas.
Ha desertado mi primo Alberto, él, tan arrebatadoramente liberal, tan acaloradamente puesto a arremangarse, de esta cosa del batallar ideas. Quizá con tanto empeño se dio al tema que no se había entretenido en mirar atrás, a los compañeros de trinchera, que tan espantado le han dejado que no ha dudado en arrojar la espada y enseñarles el culo a lo William Wallace. Hablo de él porque hablo de mí, porque hablo de algunos, porque hablo de varios que como él, que como yo, que como muchos, opinan.
Hubo un tiempo en que uno entraba en RedLiberal y aprendía. Hoy raro es el día en que uno abra la puerta y no vomite. Charlatanes, vecindonas, aguafiestas, vendidos, canallas, talibanes, iluminados, pablodetarsos camino de Damasco, revolucionarios con faltas de ortografía, rosadas perillas con camisa a cuadros labradores, francotiradores, lanzamacetas, los más listos de la clase, aprendices de generales, desatados con tangas y a lo loco, gamberros con tirachinas… España, o sea.
No sé de cuándo viene la cosa ni si la cosa es tal como la pinto -allá cada quien se las apañe y que cada palo aguante su vela- pero a mi la alarma me sonó cuando lo de Ron Paul y tal y tal. Y como me sonó, cogí y lo dije, como lo digo ahora, citándome a mi mismo: “no pasó sino por la coherencia más absoluta el hecho de que cuando en el primer país del mundo dio un paso al frente el único –el único- verdadero liberal, cargado de esencias históricas y principios verdaderos que se presentaba a unas elecciones atendiendo al nombre de Ron Paul nadie –nadie- le hiciera en nuestro ruedo ibérico y cerril el más mínimo caso y nadie –nadie- se prestara a dedicar su tiempo a apoyar una causa insólita por lo que de sueño probable tiene y perfectamente coherente –esta sí- con el liberalismo pata negra. Era demasiado pedir en un sitio que no dejaba de ser, por más que se quisieran vender otras cosas, un patio de vecinos cotillas, chismosos y con el puñal en la mano. Un patio profundo, sin vistas al mundo, de cerrado y sacristía. El patio en fin del que no ha terminado nunca de salir España”.
Después del tiempo ancaps Vs miniestado, después del boom Ron Paul, nadie en su sano juicio guardaba grandes esperanzas de sosiego y regeneración. Lo que se escapaba a las mentes más perversas era ya este nivel de porquería. O no. O yo qué sé.